Visto ayer lo visto no me resisto a transcribir la versión que Samaniego, alavés de Laguardia, hizo en el siglo XVIII de la fábula que veinticuatro siglos antes contó Esopo:
Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fue lo que parieron.
Y a continuación su moraleja, como corresponde:
Hay autores que en voces misteriosas
Estilo fanfarrón y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele a menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Después de tanto ruido sólo viento.
Como se ve, casi nada hay de nuevo bajo el sol. La capacidad humana de hacer el ridículo no conoce límites. La llamada Conferencia de Paz celebrada ayer en San Sebastián concluyó como estaba previsto: poniendo un papel sobre la mesa para que ETA lo asuma inmediatamente, como aquí anuncié hace una semana.
El objetivo de los organizadores está pues cumplido. Además, se han burlado de los socialistas vascos, se han servido de los peneuvistas para hacerle la campaña electoral a Bildu y medio mundo se ha podido enterar ya de una vez de que en España hay un conflicto armado tipo Kosovo, Ulster, Burundi, Sierra Leona o la mismísima Palestina.
¿La paz iba a salir precisamente de Ayete?
Tiene bemoles que el lendakari socialista López, proclamara inmediatamente desde Nueva York que lo importante es que se ha pedido a ETA que deje la violencia definitivamente. ¡Pero hombre de Dios, si eso ya lo anunciaron ellos solitos hace ocho meses; el alto el fuego permanente…!
Lo que no le ha gustado es la cuarta conclusión, en la que sugieren que “actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cuestiones políticas así como otras relacionadas al respecto, con consulta a la ciudadanía”. Alega López que eso responde a los intereses de los organizadores de la Conferencia.
Evidentemente, a todos los organizadores; a los jefes de ETA, que llevan reclamando un referéndum –su derecho a decidir- desde el principio del MLNV. Y a quienes se han prestado a poner sus caras, que no dan puntada sin hilo ni se mueven sin las pertinentes dietas, ofreciéndose a hacer de “facilitadores” del diálogo prescrito, y manifestando con el mayor desparpajo estar dispuestos a organizar el comité de seguimiento de las recomendaciones hechas. Unos golfantes, vaya.
Por cierto, además de gastar dinero y tomar distancia, física, del acontecimiento ¿qué haría el lendakari en Nueva York, precisamente un día como el de ayer?
Mañana hablaremos más en serio. Baste por hoy recoger el insólito comentario del ex presidente que ayer confesó ser demasiado grande como para volver a presidir su partido. Se trata de Felipe González y lo dijo en TVE. Se despachó augurando que los populares siempre exigirán más y más para impedir la solución del terrorismo etarra mientras ellos no estén en el Gobierno. Sevillanía en estado puro.
Para decir lo que dijeron, mejor que lo hubiera leído Otegi que me parece que es el autor del guión.
Pues sí.
Vergüenza y valor es lo que falta.