Hace ocho años, el gobierno socialista se metió a organizar el sector eléctrico español. Y más allá de regar las energías alternativas y de negar las centrales nucleares “porque en España falta agua” (¿), Zapatero habló de los campeones nacionales: “Este Gobierno piensa que puede haber grandes empresas energéticas españolas y que nunca hará vergonzantemente un trabajo en favor de otras empresas”. Lo afirmó muy serio en el Congreso, abril de 2006, oponiéndose a la entrada de una empresa alemana en Endesa.
Sólo dos años después decía en el Financial Times: “no podemos aspirar todos a tener campeones nacionales de la energía”. Y procedió a poner Endesa en manos del Estado italiano a través de ENEL, bajo el paraguas de Acciona, que sin perder un solo año vendió su 25%, cobró su intermediación, que ese fue su papel, y se volvió a lo suyo. El controlador se pagó un dividendo para celebrarlo de unos 6.000 millones.
Aquel repentino abandono de su teoría sobre los campeones nacionales lo había anunciado al tiempo que proclamaba su admiración por Obama y aseguraba que no habría crisis: “España cuenta con unas cuentas públicas saneadas que permiten tomar medidas puntuales para reactivar el consumo, aumentar la inversión pública y seguir generando riqueza, un sistema financiero sólido con unos bancos y cajas que han sabido salir airosos de las tensiones de crédito…”. Escrito quedó en la misma entrevista con el FT, junio 2007.
Así pasó a la historia la primera energética española, fundada en Ponferrada hace ahora 70 años. Hoy, troceada una vez más, pierde sus filiales americanas, líderes en el cono sur, creadas con fondos españoles coincidiendo con los gobiernos Aznar, que le compra su accionista de control, la italiana ENEL, a través del holding ENEL Energy.
Pero no se van en solitario. Porque la compradora de esos activos ha pedido a Endesa que reparta un dividendo extraordinario y en metálico por un importe no inferior a la cantidad que pague por la Endesa latinoamericana.
Teniendo en cuenta que ENEL tiene el 92% de Endesa, todo ello significa que, además de quedarse con sus compañías americanas sacará de Endesa entre 3.000 y 5.000 millones… destinados a pagar las deudas acumuladas por la matriz italiana, unos 40.000 millones. Y en unos meses podría seguir exprimiendo al extinto campeón nacional sacando a bolsa una tercera parte de su capital.
¿Qué pensará de la jugada Elena Salgado, vicepresidenta del último gobierno Zapatero sentada en el Consejo de Chilectra a los cuatro meses de salir del gobierno español?
De los campeones nacionales, a la miseria; un trofeo más en el palmarés del actual vocal del Consejo de Estado que fungió de presidente del Gobierno español hasta hace menos de tres años. ¿Caben mayores destrozos que los propiciados por aquel personaje?
No, no caben más destrozos…