Como la paloma de Alberti. El primer paso en falso de Pedro Sánchez no se ha hecho esperar. Tampoco la contestación desde sus propias filas. El número dos de los eurodiputados socialistas españoles se lamentaba en Bruselas de haber tenido que votar con Le Pen y los otros, los de la orilla opuesta. ¿Gesto para la galería? Así no se gana un solo voto por la izquierda, y se pierden los del sentido común, que vienen siendo más.
Saltarse a la torera los compromisos, como el de votar para presidir el Parlamento al socialista Schulz y al democristiano Juncker en la Comisión, es una frivolidad. Así empezó su presidencia aquel olvidado Zapatero que dormita hoy en el Consejo de Estado, saltándose otro compromiso con los aliados internacionales… porque así lo había anunciado en su campaña. La misma excusa que ayer alegó Sánchez.
Como si no fuera a desdecirse de otros recientes pronunciamientos. Y alguno tan medular como la convocatoria para el próximo otoño de nuevas primarias para elegir el candidato del partido a la presidencia del Gobierno. Y se desdecirá con razón, porque carece de toda la lógica volver a sacar las urnas internas y ponerse a discutir sobre liderazgos por conocer tres meses después del Congreso extraordinario que ha elegido una nueva dirección.
Además de que el mundo no termina en la madrileña calle de Ferraz, España tiene en el próximo otoño problemas de mayor entidad que el escrutinio entre la militancia socialista para hallar un atractivo cartel electoral. El sudoku catalán es uno de ellos, y no menor mientras el socialismo no recupere sus señas de identidad nacionales.
Y sobre todo, por qué tanta preocupación por la persona y tan poca por el programa. El fulanismo, que todo lo reduce a la telegenia del candidato y a la fuerza de un eslogan comprado a un gabinete de comunicación, ha terminado por agostar las ideas.
Pocas veces en este país los programas políticos tuvieron demasiada enjundia, y aún menos fueron sus ideas y propuestas razón de compromiso con los electores. ¿Habremos llegado al momento en que lo que realmente compromete al político es el desplante surgido en el acaloramiento de un mitin?
Por favor, seamos serios; somos europeos… a fuer de españoles.