Nada como la televisión para crear un estado de emergencia nacional sobre la protesta de unos cientos de vecinos…y acompañantes. Burgos y su bulevar de la calle de Vitoria, allá cuando llega al barrio de Gamonal, es la prueba de estos días, como hace un año lo fueron los del 15-M y movimientos semejantes.
Española y de las JONS, como en el antiguo régimen. Las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, creadas en el primer año de la II República, fueron la más genuina encarnación del fascismo en nuestro suelo. Símbolos como el yugo sujetando las flechas y el slogan Una, Grande y Libre que el franquismo perpetuó durante más de cuarenta años fueron suyos. Y sindicalismo nacionalsocialista y palo y tente tieso, sus columnas maestras.
El tiempo pasado no ha borrado del todo aquel dirigismo. Por las buenas o por las malas. Unos por aquí y otros por allá, qué pocos medios se salvan de la manipulación de comités de redacción, o de los que mandan porque pagan, o por sentirse llamados a liberar a todo un pueblo.
“Comment is free, but facts are sacred” escribió Charles P. Scott en famoso ensayo para conmemorar el centenario de su periódico, Manchester Guardian, hoy simplemente The Guardian.
Esa es la almendra del buen periodismo. Claro que para el comentario sea libre requiere comentaristas que vivan en libertad. No es preciso para ello llegar de Marte ajeno a cualquier prejuicio; simplemente basta con no tener que rendir cuentas de la opinión emitida a nada ni nadie.
Bien está ser franco, decía también el viejo liberal, pero mejor aún es jugar limpio.
Jugar limpio, to be fair escribió textualmente, es respetar los hechos y su contexto. Respetar los hechos como cosa sagrada no resulta tan fácil en esta nuestra tierra dispuesta de cuando en cuando a cargarse lo más sagrado o a tomárselo a chacota, como esas sinsorgas que hablan hoy del sagrado derecho al aborto.
Y del contexto, ni hablemos. El contexto, poner en su sitio las cosas, requiere ciertas dosis de cultura e investigación, lo justo para poder explicar las circunstancias en que los hechos se producen y se mueven sus actores.
¿Por qué conformarnos con lo que vemos y oídos cuando nos cuesta tan caro? Y aún siendo gratis… éste sería otro país. Más libre. O sea, responsable.