Las malas noticias se le acumulan al candidato socialista. Es parte del coste derivado de haber sido vicepresidente del Gobierno cuyas políticas ahora pretende poner en solfa. Lo del déficit en la Constitución no será la última y así su edecana Valenciano podrá seguir tratando de presumir de que todo está bajo control porque su líder gobierna la situación.
Queriéndole buscar tres pies al gato hay quienes dicen que con la propuesta de constitucionalizar el principio de estabilidad presupuestaria Zapatero ha querido clavar un puñal por la espalda al candidato. No parece que el personaje esté en condiciones de andarse con esas. Más bien da la impresión de actuar como un zombi, a base de puros reflejos; desde el instintivo de supervivencia hasta el que dicen que ha adoptado últimamente, el de la inmolación.
Otros opinan lo contrario: cómo va a hacerlo si fue él quien lo nombró sucesor, dicen partiendo de manifiesto error. Zapatero se limitó a anunciar el nombre de su sucesor como candidato del partido; a anunciar lo que sus mayores le dictaron. Más o menos así lo entendió Carme Chacón, su única candidata, que ante el anuncio no halló otra salida que las lágrimas y la esperanza de tiempos mejores.
Pero lo importante es el acuerdo alcanzado entre Rajoy y Zapatero, hecho que retrotrae la actualidad política a los tiempos en que los dos grandes partidos hacían posible el futuro. Como entonces, los nacionalistas huevean porque dejar la huella en la Constitución puede comprometer, y los comunistas hacen el indio al no tener ya aquel jefe Carrillo, el de entonces.
También como entonces, el texto acordado es ancho como bocamanga de fraile. La Ley Orgánica que lo hará operativo será aprobada por otro Congreso con otras mayorías. Veremos. Ojalá sirva para algo más que para acallar el guirigay de los mercados, la UE y nuestros propios pecados. Siempre, claro está, que los grupos parlamentarios socialistas actúen con la disciplina acostumbrada y el fruto del consenso llegue a buen puerto.
Hombre, yo creo que ya que le meten mano a la Consitución, deberían hacerlo bien y a fondo, con una reforma del sistema autonómico, sistema confederal o federal, pero dejémonos de «Estado de las Autonomías» que es un cachondeo que no entiende ninguno de nuestros socios europeos.
Esa es la 1ª y más importante tarea, además de eliminar toda aquella reglamentación que impide invertir én según que territorios del Estado.
Hacer un Estado sencillo, con pocas reglas pero bien claritas, es lo que sacará al país del agujero en el que estamos, todo lo demás será pan para hoy….
Cosas de las urgencias exigidas por los socios de la Unión. Estos se conforman con que no gastemos más de lo que producimos, es decir: que no juguemos con sus cuartos. Si el presidente hubiera informado de la carta que recibió…