¿Será por principios?
“Fruto del acuerdo de los dos grandes partidos nacionales”. Así habló Marcelino Iglesias. Se refería a la prevista reforma constitucional, tras le reunión de la socialista celebrada en la mañana del lunes. Oír al portavoz socialista tratar con tamaña indulgencia al PP y preguntarse ¿desde cuándo los populares son para el PSOE un gran partido nacional? fue todo uno.
Sin necesidad de remontarnos al pacto del Tinell, los populares han sido sistemáticamente tachados de intocables por los mandamases socialistas durante los últimos siete años. De catastrofistas vendepatrias, al gran partido nacional; una cosa y la contraria.
Como ante la cuestión saharaui, hoy con el polisario y Argelia pero mañana con Marruecos; o la teoría de los campeones nacionales y la entrega de Endesa a los italianos; o en el caso de Bildu haciendo jugar un papel a la Abogacía del Estado y fuerzas de seguridad, y el opuesto al llamado Tribunal Constitucional. O del no al sí en el mismísimo equilibrio fiscal en la Constitución.
Los ejemplos de cómo promover una cosa y la contraria son infinitos y cubren todos los campos de la política, la hacienda, la cultura. Marxismo en estado puro, el de Groucho: “estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros”.
La cuestión es ¿por qué ahora los parias son elevados a la categoría de compadres?
Nada asegura que durante la campaña electoral todo vuelva a ser como antes, pero es significativo que el presidente del Gobierno y secretario general del partido, aún siéndolo pro tempore, se reencuentre al fin con la realidad. Cabría pensar que presume una catástrofe electoral en línea con las recientes municipales y que gestos como éste pudieran reconciliarle con algún elector perdido; pero también en que le importa un pimiento lo que le ocurra al candidato que le pusieron por delante. Y, por qué no, en que se encuentra inmerso en ese extraño proceso de inmolación con que quiere terminar su mandato, al decir de sus próximos.
Mao dejó escrito “sin contradicción no existiría el mundo”. Va a ser cierto.
