Tiene bemoles que, estando donde estamos, haya personal dispuesto a tirar contra todo lo que levante un palmo del suelo, venga de la parte del gobierno o de la oposición socialista. Es decir, vamos a ver cuánto duran los dos partidos que mantienen medianamente en pié este tinglado cada vez más achacoso.
Que algo tan obvio y elemental, o de cajón, como que los matrimonios entre personas del mismo sexo no garantizan la pervivencia de la especie ha incendiado tertulias y círculos varios, incluida la primera plana del diario global. El Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de la IU de Cayo Lara, y la Federación de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales –que así se denomina el llamado colectivo estatal- piden la dimisión del ministro Fernández porque «intentar imponer el fanatismo religioso no es propio de un gobernante democrático».
Lo esperpéntico de la situación por la que transita este desnortado país es que el piadoso ministro dijo precisamente eso, que no se pueden usar argumentos confesionales para oponerse a dichos matrimonios, pero que los hay racionales, como que sin los otros, “los naturales”, la pervivencia de la especie no estaría garantizada.
A más a más, que diría Mas, la opinión no fue expresada en sede parlamentaria, ni ámbito público semejante, sino en un coloquio sobre religión y política celebrado la pasada semana en Roma. Como parece que todo cargo público ha caído víctima de la pandemia que nos aqueja, hasta la defensora del pueblo ha terciado para recordar que hay que hacer lo que las leyes dicen, lo cual no dice nada pero podría querer decir que todas las uniones merecen un respeto.
Mientras, los socialistas sufren el fuego amigo de sus propias federaciones, cada vez más descompuestas por la falta de argumentarios que echarse a la boca. Aunque lo intenta, empujando ahora a sus huestes contra la reforma local, por ejemplo, Rubalcaba no da más de sí. Debe de estar temiendo la llegada de la tormenta perfecta que haga saltar por los aires los hilvanes que mantiene calma, aparentemente, a la federación andaluza.