No, de momento no vamos a echarte la Encuesta de Población Activa que llevas pidiéndonos tanto tiempo. Antes tendrás que hacer los deberes y no seguir paseándote por ahí, silbando y manos en los bolsillos, como si ya tuvieras el curso aprobado. Aún falta mucho.
Antes deberás explicarnos, a nosotros y a todo el colegio, qué harías tú con esa EPA de tus sueños; porque si tienes pensada alguna solución al macabro panorama que va a adelantar, sería bueno que nos la contaras, para trasladársela nosotros a los que mandan y no aciertan ni cuando se equivocan.
Piensa Mariano que estos pueden causar tal estropicio entretenidos con el sudoku nacionalista y los buses que animan a los barceloneses ser felices porque en una de esas Dios no existe, que acabarán dejando la cosa imposible para vos y para mí, como dice Mejía a Tenorio. No esperes a que lluevan votos del cielo; lo del maná hace mucho que no se practica y dudamos de que nos volviera a salir.
Hay quienes piensan que está por ver cómo ponéis sobre la mesa una primera idea propia para ir adelante. Ni una se os ha visto; os dedicáis a pinchar en los huesos que os ponen por delante y os olvidáis de que lo importante es la aceituna. Así no llegarás a ninguna parte.
Esto en que te metió Aznar y que tal vez haya llegado a gustarte, es mucho más exigente que tus antiguas oposiciones. Aquí no eres tú el que corre hacia la Presidencia del Gobierno, es media España la que marcha detrás de ti, y si no vas a su paso, si tú no marcas el ritmo, acabarás arrollado.
Como escribió Kissinger en sus memorias, el líder siempre va unos pasos por delante pero ni tan lejos como para que sus seguidores le pierdan de vista, ni tan cerca como para ser atropellado por ellos.
De eso va, Mariano, de ser líder. No es fácil y frecuentemente no tiene el reconocimiento debido. Recuerda a Churchill, por ejemplo. Y es que como dijo Lao Tsé, cuando el trabajo de un líder concluye, la gente dice: ¡lo hicimos!