Lo de la asociación de jueces progres, sumarse a la huelga política de la semana próxima, es el colmo de las aberraciones en que puede caer el sistema institucional español. ¿Serán conscientes de que tienen la encomienda de ejercer uno de los tres poderes que articulan el Estado? Es como si media docena de ministros acordara irse a cazar perdices o la mitad de los diputados decidieran ese día tomarse en serio las cosas del país; es decir, ponerse también en huelga pero a la japonesa.
Una huelga a la japonesa, por cierto, quizá aliviara la situación en que se encuentra la Justicia en nuestro país, donde demasiados magistrados sentencian sin leerse los papeles y otros se demoran cinco o más años en abrir vistas o resolver recursos, como los casos de Conde o la tonadillera Pantoja.
Realmente las cosas de la Justicia no pueden marchar como debieran mientras haya magistrados atrincherados políticamente. Los llamados progres se hacen llamar Jueces para la Democracia, como si los jueces no lo fueran para impartir Justicia. No, ellos son jueces para la democracia, cosa digna donde las haya, pero que se alcanza cuando cada institución cumple con el papel que tiene encomendado. Ellos entran en todos los charcos políticos, desde la reforma laboral, “uno de los mayores ataques al derecho del trabajo”, hasta los recortes salariales en el sector público, pasando por felicitarse por lo del matrimonio homosexual
Es una más de las corrupciones que asolan este país nuestro; porque hay corrupción más allá de las cuestiones relacionadas con la pasta. Tan corrupto es el concejal trincón, el autónomo que no cobra el IVA y el cliente que no lo reclama como el maestro que no enseña, el funcionario escaqueado y el demagogo de cualquier pelaje, sea político, sindicalista o periodista.
El caso de los jueces de marras es tan lamentable como el de los sindicatos que dedican sus mejores esfuerzos a minar el producto nacional del que salen sus salarios, subvenciones y mamandurrias diversas. Como si no fuera bastante con lo que se nos va entre festivos, puentes y dinero B.
Sería de interés público conocer en cuanto se paguen las nóminas de este mes de noviembre cuántos españoles habrán dejado de cobrar el salario correspondiente a la jornada del día 14. Realmente, no en teoría. Constituiría un dato esclarecedor ante los seis millones de parados que ya les gustaría poder cobrar ese día lo que otros tiran por la borda, o han cobrado indebidamente. Sería una prueba de hasta qué punto las empresas e instituciones, como las del Poder Judicial, se toman en serio su cuota de responsabilidad ante la huelga.
Si la pareja Fernández y Méndez tuviera una pizca de responsabilidad habrían organizado lo del día 14 en plan japonés, trabajando más de lo exigido. Sólo así los huelguistas tendrían derecho a cobrar sus sueldos y, quizá, hasta habrían contribuido a crear algún nuevo empleo. Pero quia; no estamos en esas. Esto va de ir rematando la faena que dejó pendiente ahora hace un año el gobierno socialista de Zapatero, Rubalcaba y demás.