Depende de nosotros, sólo

Así, no.

Los intereses particulares de Merkel nos condenan a una aventura en solitario. Y los de frau son intereses más particulares aún que los que podría tener el pueblo alemán como acreedor de una parte de nuestro billón de deuda pública. Tan egocéntricos como suelen serlo los intereses partidarios en vísperas de unas elecciones, que es lo que les toca el próximo año.

Pensar que nuestros problemas económicos, la llamada crisis, comienzan por la financiación de nuestras actividades es un tanto ilusorio. El nivel de nuestra prima de riesgo, coste de las emisiones, calificaciones de la deuda, etc. son reflejo de algo anterior y más profundo. La crisis original hunde sus raíces en la lisis que afecta a buena parte de nuestro cuerpo social. Durante los últimos años se han roto demasiados elementos capaces de vertebrar la convivencia en una nación de nuestro tiempo.

Demasiados valores, tradiciones y creencias han saltado por los aires; nuestra sociedad ha comenzado a no reconocerse a sí misma. Deslumbrada por lo ajeno ha perdido conciencia de lo propio. Pendiente de novedades, de lo que pasa, ha vuelto la espalda a lo que no pasa, a ese conjunto de constantes cristalizadas a lo largo de siglos de historia. Por cierto, una larga historia común tan dilatada, compleja y plena como pudiera serlo la mejor de nuestro mundo, pero de la que reniegan hoy algunos connacionales.

No cabe pedir limosna. Nuestros problemas no tienen más solución que las que nosotros mismos apliquemos. De fuera no nos va a llegar el remedio, ni siquiera los medios para cambiar. Dependemos de nosotros mismos. Nuestra sociedad, hoy aparentemente inerme, ha de rearmarse de valores como la responsabilidad, la lealtad y la solidaridad, el mérito del esfuerzo y el trabajo bien hecho. Y vivir como corresponde a sus niveles culturales y económicos; sencillamente, en la realidad.

El liderazgo para conseguirlo corresponde a los que más tienen, más poder, dinero e influencia, afirmados en la confianza que genera la libertad compartida.

Lo demás, mandangas propias de otras épocas; el Bienvenido míster Marshall de Berlanga.

Compartir entrada:
Posted sábado, octubre 20th, 2012 under Política.

Leave a Reply