Rutte protegido frente a Sánchez tiempo atrás.
Tenía que adornarse con algún malabarismo para distraer la atención. Y se fijó en la OTAN; nada hay mejor. Estamos demasiado lejos de Putin como para cobrar conciencia del riesgo, sentir el miedo que ha impulsado a sus vecinos a sacudirse el 5% de sus recursos por lo que pueda pasar.
Y lo puso en todo lo alto, como grímpola que, además de despertar subconscientes de tiempos que no volverán, aquellos Príncipes Valientes y el Ivanhoe de nuestra infancia, en las turbulencias actuales resulta útil como catavientos en la nave que nos lleva no sabemos dónde.
Pero tan ingeniosa ocurrencia, humillar el ucase de Trump y su OTAN en vísperas de la gran cumbre, se arruinó por el pertinaz empeño de mentir que mueve sus pulsos. Y se inventó lo de haber hecho morder el polvo al dragón hasta dejar el compromiso de España con la defensa del occidente democrático por debajo de la mitad. “Un 2,1, ni más ni menos”, se ufanó aireando una carta en la que no se decía nada de ello.
Cuando el opositor denunció la broma, el caudillito le recomendó que le tradujeran la misiva. Pero las únicas cifras en ella expresadas era el consabido 5%, divisible en un 3,5% destinado a estricta defensa más otro 1,5% para gastos anexos de seguridad. Esta vez sí, ni más ni menos.
Mark Rutte, el firmante de la breve carta como Secretario General de la alianza, se vio obligado a arriar la grímpola sanchista para cerrar el pequeño bulle-bulle que causó la falacia de Sánchez. En la Organización no hay clausulas de exclusión ni pactos paralelos, aseveró. Y el exprimer ministro de los Países Bajos parece más solvente que el que sigue siéndolo de España. Vergüenza.
Como era previsible, el insólito presidente norteamericano terció comentando con los periodistas que le acompañaban en el vuelo hacia La Haya, que España es un problema.
La Moncloa hierve. Los cuatrocientos fontaneros, asesores, escribidores y lustradores del inmenso ego presidencial se estarán estrujando las mientes para pergeñar un nuevo himno de batalla con que sacudirse las turbulencias procesales.
Y a todo esto, Conde Pumpido y sus termitas agujerean la Constitución para bendecir la barbaridad de la amnistía, el fiscal García Ortiz sigue en libertad, tan pancho como la piara de chorizos puteros de toda confianza hasta que…, y Zapatero pide paso para auxiliar a su becario, ayer denunciado por socialistas de verdad. El acabose.
