… Y por tres magsitrados también. Uno, el inhabilitado Garzón, ha encontrado tiempo entre los consejos dados y los parabienes recibidos en la Argentina peronista de Kirchner para dictar doscientos folios, que es lo que pesa su recurso contra la sentencia que le quitó las puñetas. El segundo es nada menos que el presidente del órgano de gobierno del poder judicial y del Tribunal Supremo. A Divar le acusa un amigo de Garzón, el juez Gómez Benítez, tercer magistrado noticia, también abogado del partido socialista y uno de los interlocutores con ETA en las negociaciones emprendidas por el anterior Gobierno. Lo que son las cosas; todo en un mismo día.
Pero el día se puso duro por la incapacidad de los griegos y sus mandamases para acordar un Gobierno tras las recientes elecciones cuyo resultado, junto al de las francesas dejó perplejo a Wall Street y cayó como un sinapismo sobre el Nikkei japonés. Cierto es que no siempre los gobiernos son necesarios, ahí tenemos el ejemplo belga y el más cercano caso asturiano, pero no parece que tal hipótesis sea de aplicación directa cuando es perentorio cumplir lo pactado con los socios/acreedores europeos.
Los principales partidos se vienen llamando andana ante el reto de armar un poder ejecutivo capaz de imponerse. Lo insólito es que los dos que venían haciéndolo, los conservadores de ND y los socialistas del PASOK, no consigan el apoyo de los dos diputados que les faltan para cuajar la mayoría. El euro sufrió ayer, con lo que significa de desconfianza en nuestra zona, que se tradujo en el repunte de las famosas primas de riesgo y en caídas bursátiles.
Porque no todo lo que reluce es Bankia. Mal que bien, y a despecho del Banco de España, parece que el problemón ha entrado en vías. La nacionalización de su matriz era de obligado cumplimiento, tanto como la remoción de todos sus consejeros y buena parte de su alta dirección, como ayer decíamos. Pero no habrá acabado ahí la fiesta, la piñata de Bankia tiene aún diversos meneos pendientes y el resto del sistema quizá se entere definitivamente de lo que valen sus activos sometidos a sospecha a partir de lo que mañana le ordenen.
Cuestiones demasiado serias sin duda como para que las oposiciones aporten algo coherente. Menos mal que en Bucarest otro tipo de equipos, de fútbol concretamente y españoles, dieron una lección de brega y pundonor. Lástima de lágrimas derramadas porque en esas justas sólo pueda haber un vencedor. Ojalá que en las otras todos ganemos.