Romance de ciego sobre la guerra del Rif
López emprende el safari para descubrir Madrid disfrazándose de espeleólogo o de trampero con traje recién salido de Serbal. Sin arrugas ni una mota de arena entre sus pliegues; impoluto como niño vestido de primera comunión. En lugar de escopeta carga el tirachinas que lleva entre manos con bolas de boñiga recién amasada que le pasa Sánchez. Auspiciado por Prysa y RTVE, así saltó el domingo desde el congresillo sanchista madrileño hasta el estrellato; por mejor decir, hasta estrellarse frente a la realidad de Ayuso, Almeida y la mayoría de los madrileños.
El número uno, el puto amo, terminará sólo tras chupar la sangre a toda su tropa. Tremenda pulsión con la que amasa los restos de sus gentes de confianza para seguir haciendo como que manda. Uno a uno va cayendo en la sima del olvido cuando no entre el barro o los barrotes penitenciarios. Veremos.
En cualquier caso, lo del tal López va a prestar mucho juego en los Tik Tok y demás sucesores de las viejas coplas de ciego con que hace siglos los paisanos se enteraban de cosas en nuestras plazas. La primera estampa recordará su histórico legado en la caída socialista de Castilla León.
Siendo desde 2008 secretario general del PSOE de Castila León se presentó como candidato socialista en las elecciones regionales de 2011. Bajo el lema “Puro Cambio”, perdió cuatro escaños, lo que permitió el acceso del PP a la presidencia. Pese a ello, el congreso socialista celebrado el año siguiente le nombra Secretario de Organización, número tres del partido. Muerto Rubalcaba, dos años después gana Sánchez y le manda a paseo.
Un año más tarde aparece como jefe de campaña de Ángel Gabilondo para presidir la comunidad madrileña, con el éxito conocido. Pero no fue esa la segunda campaña perdida, porque en 2017 hizo de jefe de campaña del Patxi López que espetó a Sánchez aquello de “vamos a ver Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?, en el debate interno del PSOE.
El Sánchez triunfante le hace presidente de Paradores desde dónde le nombra, en 2021, jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno y ahí estaba al frente de los cientos de asesores, hasta que hace un año le cayó encima el Ministerio para la transformación digital y de la función pública.
Hombre polivalente, como esas navajas suizas tan útiles para el senderismo, que en menos de cinco meses, su jefe, presidente o puto amo, a saber cómo le llama en la intimidad, le dice que se deje de bobadas al frente del ministerio encomendado y vaya a por la Ayuso.
Hay que ver. Y para ello se caracteriza como si fuera de montería.
Sánchez y Oscar López se aplauden ante la militancia madrileña.
