A Montero le duele Andalucía

Montero apasionada a la reconquista de Andalucía.

Hay que joderse. Dice la vicepresidenta primera de Sánchez que le duele Andalucía. Marichús Montero se queda ahí, en la Andalucía que el dedazo del generalísimo sanchista le ha encomendado para desbaratar la alegre marcha de los andaluces hacia la normalidad. El lamento de Unamuno despojado de su vicerrectoría de la Universidad salmantina por la dictadura del general Primo de Rivera, “me duele España en el cogollo del corazón”, le venía ancho; lo de España se lo deja a su jefe.

La también ministra de Hacienda, ¿tan poco trabajo tendrá en su cartera como para meterse a reconquistar Andalucía?, mostró hace una semana el filo de sus armas blandiendo la cimitarra sobre la alcaldía de Jaén. Con la Hacienda de todos los españoles en su mano, limpió de un certero golpe los efectos de la mayor deuda acumulada por un ayuntamiento con el anterior gobierno socialista. Y así recobró el sanchismo una pieza para comenzar a soñar.

El siguiente paso podría ser la conmemoración de aquellos instrumentos de bienestar solidario, los EREs, con el que el viejo partido socialista adormeció una mayoría suficiente como para mandar en la región que más parlamentarios envía a Madrid. Los EREs, fue el mejor lenitivo contra el dolor que ahora sufre Marichús. ¡Y qué fáciles de lavar! Ahí están los presidentes Chaves y Griñán, pobres, recién pasados por la canonjía de Conde Pumpido.

Puestos a conmemorar ¿por qué no los fastos de aquellos años del pesebre dorado, despidos y comisiones, camarones y langosta, putas y farlopa? Más tirón sí tendría para el personal que poner en el gramófono viejos éxitos como el Raska-Yu de Bonet de San Pedro o El baúl de los recuerdos que cantaba Karina, o gastarse la pasta en ridículas sesiones de espiritismo durante todo el año.

A ver por dónde nos sale ahora el resto de la tropa ministerial enviada a reconquistar otras plazas. A la portavoz no parece que le duela Aragón, ni las multas y apercebimientos varios de instituciones como la junta electoral por meterse donde, salvo su jefe, nadie la llama.

Al pobre Oscar López sí que le dolerá, pero dentro de unos meses, la sarta de palos que le van a caer en Madrid. De momento bastante tiene con ensuciar el terreno de juego para impedir cualquier tipo de entendimiento entre los dos partidos condenados a entenderse antes de que el tinglado se desplome.

Este último dislate del jefe de la banda, los dedazos para cubrir puestos, tan criticado por la parroquia militante, tiene algo de positivo: se carga las primarias, instrumento que le encumbró al poder con que ha terminado por deshacer su propio partido. En un sistema como el nuestro las primarias sólo producen disfunciones.

En fin, volviendo a la entrada de Montero en Andalucía: hay que ser cursi y tener yerma la imaginación para adornarse con los flecos de una frase histórica, tanto por su autor como por el momento en que salió de su pluma.

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Posted jueves, enero 9th, 2025 under Política.

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