Mira que andan escasos de presitigio los tribunales, y que el del Constitucional está arruinado, pues aún pueden perder más. El PNV, sostén del Gobierno Zapatero y por lo tanto de la crisis, se ha plantado y ha hecho saber que si EA no está en las elecciones, ZP ya no tendrá su apoyo parlamentario. Claro que siendo los de Urkullo democristianos, poca firmeza cabe esperar; y si además su nacionalismo es función de la mamandurria que extrae al resto de los españoles, Zapatero puede estar tranquilo; nada pasará.
Pero no debe de tenerlas todas consigo cuando ha pedido tiempo; sólo unos días, los que necesite el Tribunal Constitucional para resolver sobre los recursos de Bildu. Es decir, que vamos a asistir a otro pronunciamiento anclado en el origen partidario de los componentes de tan alto tribunal.
Como ya ha aprendido a atar las moscas por el rabo, Esteban G. Pons, portavoz popular ha tratado de compensar las presiones del Gobierno sobre el Constitucional sugiriendo que lo sensato es que éste siga el mismo criterio del Tribunal Supremo, además de la Fiscalía, la Abogacía del Estadso, los cuerpos de seguridad y la inmensa mayoría de los españoles. Y, por cierto, no menos juiciosa se ha mostrado Esperanza Aguirre, presidenta madrileña, al indicar que se está tomando al Constitucional como tribunal de instancia.
En fin, mientras, y como para afianzar a quienes creen que todo esto, Sortu, Bildu y demás, son sedas con las que la mona pretende colarse, el secretario general de EA ante la puerta de los leones del Congreso ha confundido a Bildu con Segi, la rama juvenil etarra, y el portavoz de Bildu, el joven Oscar Matute, a España con “el estado español”. ¡A estas alturas!