Esa lumbrera de la que Sánchez se sirve como muleta, tanto de apoyo como para el engaño, ha confesado que “ahora ya en serio” van entrar a resolver el sindiós en que vive la cúpula judicial.
El colmo de la chulería, actitud intolerable en un sistema democrático. Como diciendo que hasta ahora han estado cachondeándose de todos, ciudadanos, oposición, magistratura y tribunal de garantías sin tener en cuenta dónde queda el prestigio de nuestra democracia, de nuestra sociedad.
“Ahora, ya en serio”. Señoras, señores y niños, ahora lo nunca visto; ¡silencio, peligra la vida del artista! Bolaños ejerce de director de pista en el circo que Sánchez ha levantado para consolidar su posición estelar.
Lo hasta ahora vivido, achacar el bloqueo a los populares, era un mero pasatiempo, pases y más pases ante un tendido entretenido para que los espectadores no acaben enterándose de la realidad negra que ya habita entre ellos.
Toreo sin toro, sin propósito de cerrar la crisis abierta en el tercer poder del Estado; el objetivo de la brega del torpe sobresaliente y de su maestro era otro: domeñar la independencia del poder judicial, verso loco dentro del romancero sanchista, pese al trufado progre de funcionarios como de Prada y Conde Pumpido.
Pero ahora ya va en serio, dice la cuadrilla. Qué pueda ser lo que vaya en serio quizá no lo sepan ni ellos. Los regates en corto tienen esa ventaja, que la dirección puede ser cambiada en función de cualquier circunstancia. Estrategia sólo tienen una: que no hay estrategia.
Terminarán aceptando el cambio de la forma en que se elije el gobierno del poder judicial volviendo a la Constitución, siempre que no pierdan en el intercambio de cromos para cubrir las vacantes existentes. En otro acaso, Europa volverá a darles otro aviso, y sería el tercero, pero la cuadrilla se llamará andana como viene haciéndolo con otros requisitos incumplidos, desde la distribución de fondos hasta el sistema de pensiones, pasando por la indiciación de los convenios salariales.
¿Ahora van a ir ya en serio? Tal vez sólo haya un autor capaz de dar con la respuesta; el tiempo. Como dijo Chaplin, el tiempo siempre encuentra el final perfecto.