Concurso de canciones elevado a categoría política por la ministro Montero.
Es asombroso. El presidente del sanchismo tiene una respuesta única ante cualquier problema que se cruce por los vericuetos que van abriendo sus ministerios: “tu tira p’adelante, a ver quién se va a atrever…”. Y cuando la cosa se pone negra, a quienes han osado emitir informes preceptivos o simples opiniones contrarios a las ocurrencias ministeriales, les da un corte de mangas subrayado con un: “por mis cojones”.
Esto no es un Gobierno; es el mayor despilfarro de tiempo, oportunidades y recursos que pueda sufrir una nación de nuestras características. La incapacidad técnica es letal, pero peor aún es la carencia de un criterio solvente. La política puede verse como un abanico; dentro de ella caben muchas opciones, aspiraciones y objetivos, pero lo que tenemos instalado en la Moncloa y en el banco azul no ha hecho público nada de ello.
Todo está entrampado bajo el velo de la mentira. ¡Pero si hasta presumen de una mera circular de relaciones públicas como si fuera una felicitación de la presidenta de la UE!
Esto está pasando todas las rayas rojas que cabe imaginar. La supresión de los controles que define la democracia, elusión del parlamento, uso torticero del decreto-ley, silenciamiento de la oposición, secuestro del poder judicial, discriminación de medios informativos, etc. no son cuestiones menores.
Por esta vía se está cortando de raíz la adhesión, o simplemente el respeto, de los ciudadanos a las instituciones del Estado y, sobre todo, la normalidad de la vida civil.
La política de lo que se presentó en sociedad como la coalición de progreso, estriba en desarmar la estructura política y social de la nación, quizá porque no tienen cosas más importantes en la cabeza.
Tratar de llevar al parlamento cuestiones como el reciente concurso de canciones de Benidorm o los casos de curas pederastas es una brillante manera de entretener al país utilizando el hemiciclo del Congreso como Nerón usaba el circo de Roma para Dios sabe qué, en todo caso, para tirar para adelante.
“Tira p’adelante”, ¡qué gran lema para el escudo de armas de Sánchez! Un primer ministro empeñado en destrozar el suelo que pisamos todos, comenzando por los socialistas que gobernaron este país durante tantos años y hoy no osan levantar su voz.
¿Queda algo de la rebeldía que nos hizo ciudadanos libres?
