“Hemos dado un ejemplo tanto a Europa como al mundo de cómo pueden hacerse las cosas bien.” Y quedose tranquilo para proseguir “Estamos cada vez más cerca de recuperar nuestra normalidad.”
Su diario de referencia, o la referencia de su diario que nunca se sabe -lo del huevo o la gallina-, publica una entrevista al presidente Sánchez travestido de Ramses, el protagonista de Aida que los egipcios aclaman a los sones de la célebre Marcha Triunfal.
No hay problemas a la vista. Lo de la luz, asunto al que dedican las primeras seis preguntas, debe de preocuparle más que el resto; se va a resolver y a las mil maravillas. Receta, no hay; pero nos la cambia por un compromiso: “que todos los ciudadanos con un consumo medio al final de 2021 paguen una cuantía semejante y similar a la que pagaron en 2018, lógicamente con el IPC descontado.” Ya lo saben, semejante y similar; o sea, que tranquilos y a otra cosa, mariposa.
Confiesa el doctor cum fraude que su presidencia ha logrado tres muy importantes objetivos, ¿y saben qué ha sido para él lo más importante? Apunten: subir el salario mínimo -está en discusión, o sea pendiente-, la ley de eutanasia -cuestión de vida o muerte para los ciudadanos, como es notorio- y revertir los recortes que se hicieron en el pasado. El cómo, cuándo y dónde póngalo ustedes, Mi Persona no está pare entrar en detalles.
Entre tanta simpleza, una frase merecedora de respeto, hay que reconocerlo: “España no tiene ningún problema con Cataluña; quien tiene un problema es el propio independentismo con la concepción plural de la sociedad catalana.” Chapó.
Algo positivo habría de salir del encuentro con la directora de su diario de referencia, sobre todo antes de perder papeles, razón y compostura, enfrentado al asunto del tercer poder del Estado. Dice que el PP lleva mil días fuera de la Constitución.
Se pregunta por qué los populares mantienen como rehén al gobierno de los jueces. Y se responde: porque no han aceptado el resultado de las elecciones de 2019 ni la composición de las Cámaras. Y eso, sentencia, es antidemocrático. Naturalmente si así fuera.
Pero hay una segunda razón, insiste: “el PP patrimonializa todo: España, la bandera, la Constitución se tiene que leer como yo quiero… Hay un secuestro claro de la Constitución española. Que lo haga Vox es preocupante, pero que lo haga el PP es alarmante.”
Lo de leer la Constitución como yo quiero suena a broma, porque lo que la Constitución dice y el PP exige es una misma cosa: que los jueces elijan a sus representantes en el órgano que los gobierna.
Y para broma, preguntado por si el Gobierno ha puesto sobre la mesa de negociación la reforma del sistema, comienza diciendo que el debate es un pretexto para tener paralizada la renovación pendiente, porque para cambiar la ley -la que en 1985 vulneró la Constitución- hoy no existe en el Congreso la mayoría necesaria.
No existe porque él no quiere, se encuentra cómodo con la compañía de bilduetarras y golpistas. La mayoría posible, y real porque es lo que salió de las últimas elecciones, es sencilla de alcanzar: una simple suma, la de los votos del PSOE y del PP.
En fin: de la dimensión de este personaje da cabal idea su concepto de valores. Lean: “Somos un país formidable que tiene unos valores muy elevados. El otro día leía una encuesta [de Yougov, encuestadora británica, realizada en ocho países] que decía que el 91% de los españoles manifestaban que verían con total normalidad el que cualquiera de sus familiares saliera del armario y reconociera su homosexualidad. En EE UU es un 66%. En Francia un 57%. Nuestro país abraza las conquistas en derechos y en libertades.”
¿Ven? Por encima de cuestiones vitales para una sociedad que sale de una crisis que ha truncado emprendimientos y carreras, ha causado paro y pobreza sin cuento y ha costado cien mil muertes, este Adonis de novela gráfica se ufana de haber conseguido lo fundamental: el derecho a la eutanasia y la libertad de proclamarse homosexual.
Son sus palabras y publicadas en el diario de confianza. Ya está bien.