Entre el auto indulto que cocina Mi Persona y el lanzamiento de la Agencia Espacial Española que hilvana Redondo, el sanchismo ha asaltado una de las empresas punteras que este país tiene para exhibir por ahí fuera. Se trata de INDRA.
El último golpe a la normalidad ha concluido como todo lo que toca el sanchismo, destrozando valor. En este caso cerca de un 14 % bajaron sus acciones en un par de sesiones; traducido en euros, 163 millones.
Nada más filtrarse la noticia del programado despido de Fernando Abril-Martorell, su presidente durante los cinco años últimos, el valor cayó un 8%. El Consejo de Administración puso pies en pared y se negó a tomar en consideración la propuesta del Gobierno. Los dos representantes de la SEPI, uno de ellos el último ministro de Industria de Zapatero, pusieron sobre la mesa el nombre de Marc Murtra, antiguo jefe de gabinete de otro ministro de Industria de Zapatero, y hasta ahora miembro del patronato de la fundación de la Caixa.
Al cabo de tres días, en uno de ellos tataron de fichar a un head hunter para examinar las capacidades del propuesto Murtra, el consejo cedió con una condición que revela la carencia de vergüenza que ha impulsado la operación: el impuesto presidente será presidente, sí, pero sin poderes ejecutivos. Para ejercerlos nombra dos consejeros delegados, dos por falta de uno, con carácter solidario. Es el terrón de azúcar necesario para que el mercado trague la operación sin mayores estropicios añadidos.
La operación, o atropello por hablar con mayor propiedad, ha costado a los accionistas de la empresa 750.000 euros adicionales por no respetar el preaviso debido para destituir a su presidente.
Así opera esta tropa. Y no es la primera vez que se carga expeditivamente a los responsables de otras compañías en las que está presente su brazo armado, la SEPI. Así ocurrió en Red Eléctrica y en AENA. Curiosamente, o no tan curiosamente, salvo en el caso de Corredor, madrileña y ministra de la Vivienda con Zapatero, los agraciados con las mercedes del sanchismo suelen llegar abanderados por el PSC.
Destrozan empresas con pareja fruición con la que atentan contra las reglas del juego político, las instituciones y la división de poderes. ¿Hasta cuándo esta pesadilla?