Jacinto Guerrero, uno de los últimos autores de zarzuelas y revistas, puso música a un libreto de José Román Martín y nació “La Montería”, alegre comedia musical en la que la soprano, espantada al ver lo que tenía que ponerse, cantaba “Hay que ver, hay que ver / las faldas que hace un siglo llevaba la mujer… / Hay que ver mi abuelita la pobre, qué faldas usaba…”/ etc.
Al pelo, viene al pelo. Ya no se usan miriñaques, incluso el uso de las faldas parece haber caído víctima de la estupidez igualitaria que predica un grupo de iletradas atrincheradas ¡en un ministerio! No; ahora el asombro diario nos lo provoca ese chiquero de artimañas que seguimos llamando el mundo de la política.
Nunca, que sepamos hoy, hubo tanto tonto, zángano, o sinvergüenza dedicado a ese menester; parece como que ya no cupiera uno más. Vana ilusión; aunque de a poco, la especie acreditada estas dos últimas semanas seguirá creciendo, y tal vez renovándose. Ley de vida que termina sepultando famas y poderes como Jorge Manrique decía de “Unos por poco valer… y otros que, por no tener, con oficios no debidos se mantienen”.
Alguno, con tics de justiciero savonarola, más que miedo producen risa. Es el caso de un tipo tan estrambótico que anunció su salto a la campaña madrileña manteniéndose colgado de las nóminas gubernamental y parlamentaria; la pasta es la pasta.
Más allá de la difamación y amenazas con que ha irrumpido en la actualidad, el pobre diablo no se había leído la ley electoral; ni él ni los servicios, asesores ministeriales y demás edecanes partidarios que le alumbran el camino. Hay que ver…
Cabría preguntarse, o preguntarle, a qué se han dedicado tantos y que tan poco han hecho durante el año y pico que han vivaqueado allí a costa de nuestros impuestos. Risa, Iglesias no merece más aprecio que el del alma en pena, la del que continúa enredando en el mundo de los vivos sin ser consciente de su agonía política.
Pronto su pareja seguirá la misma suerte si es que… si es que hay fondos para pagar a la nany, la hipoteca, la jardinería y la puesta a punto de la piscina. Anda, que el ridículo de su entrada en el directo de un espacio de televisión cutre para apadrinar a la protagonista de la telebasura emitida y, de paso, ciscarse en los jueces; como quien no quiere la cosa, pero que ahí queda: carnaza político-cultural para las víctimas de estos espacios. Hay que ver…
Y con tanta luminaria de por medio, Mi Persona se sale de rositas. Por ahora; veremos en qué terminan los millones concedidos al avión chavista. Como los tramperos del lejano oeste cazaban castores, Sánchez sembrará de trampas lo que dé de sí el estado de excepción con que tiene congelado el trabajo legislativo del Congreso. Eso sí, tiempo ha dedicado con su Redondo a buscarle una Harris doméstica al candidato soso: Hana Jalloul. Viene de una Secretaría de Estado de incógnita eficacia. Hay que ver…
El numerito de las mociones de censura bizcochando a miembros de los propios gobiernos afectados, el aliento a los arrimados y, sobre todo, su ausencia en el proceso de vacunación revela un desprecio por la vida de los españoles del que acabará dando cuenta. Al tiempo. No hay mal que cien años dure… ni cuerpo que lo resista.