El Judicial es el único de los tres poderes clásicos no controlado directamente por el Ejecutivo que tiene al Legislativo bajo control. Por eso su independencia es tan importante. La UE viene a recordárselo al sanchismo cuando le comunica que cualquier reforma de la judicatura debe contar con la oposición.
Como el sanchismo no las tiene todas consigo en eso de hacerse con la Justicia, anda dándole vueltas a la despenalización del delito de sedición, a través del controlado Legislativo, y a lo que él mismo como Ejecutivo puede cursar: la concesión de indultos a los golpistas. Todo ello para sufragar los apoyos que le permiten continuar en el Gobierno.
Y si a eso añadimos que tanto el indulto ejecutivo como la legislativa despenalización han de llevar al pie la firma del Rey, cabe imaginar que estamos en vísperas ante lo que en el juego del ajedrez se conoce como el mate del pastor.
Ya se sabe y si no, lo recuerdo. El jaque del pastor es una jugada que proporciona la victoria en tan sólo cuatro movimientos. No hay más que atacar conjuntamente el punto más débil del Rey, el denominado punto f7; en el tablero, dama y alfil acosan a un peón del rey, y éste cae en el siguiente movimiento. Sería la jugada soñada por Iglesias y golpistas de diversas encarnaduras.
El cauce de expresión de la opinión pública, el llamado cuarto poder, está demasiado mediatizado, cuando no controlado por los dos primeros, como para resultar definitorio. Por eso el Judicial es baluarte fundamental del Estado de Derecho. Ahí, en la composición de su Consejo General, se está librando una batalla que deja chica a la de Lepanto.
Sus atribuciones ya están siendo objeto de invasión de competencias al pretender el Ejecutivo impedir nombramientos, ascensos y demás facultades que constitucionalmente le competen.
Y su composición es víctima de querer reproducir en él la actual mayoría de legislatura alcanzada a golpe de enajenaciones del patrimonio nacional, material e inmaterial.
Aunque no lo parezca, por lo que en estos tiempos se ve, hay cuestiones innegociables. En política como en matemáticas. Y ésta es una de ellas. La independencia del poder Judicial está en riesgo de ser sacrificada en el altar de la partidocracia. Ya sufrió un primer asalto que retorció letra y espíritu constitucionales en tiempos del primer gobierno socialista, años ochenta del pasado siglo, pero el sanchismo es otro cuento.
La convivencia pacífica y en libertad obliga a oponerse a sus ucases*.
* DRAE: ucase
Del ruso ukaz ‘decreto’.
- m. Decreto del zar.
- m. Orden gubernativa injusta y tiránica.
- m. Mandato arbitrario y tajante.