Un cuadro más del sainete sanchista se vio hoy en el Congreso con el paso por una Comisión de Dolores Delgado camino de ocupar la Fiscalía General del Reino. Es la entronización del uso alternativo del Derecho que desde posiciones más modestas ha venido practicando del brazo del juez prevaricador y algunos más.
En ese sucedáneo de enjuiciamiento de idoneidad, la candidata tuvo el tupé de criticar al CGPJ y de contraprogramar a su presidente al tachar de injusta la “permanente sospecha” sobre la independencia de la Fiscalía. Palabra de la nueva Fiscal General del Reino.
Dejando al margen la independencia de la señora Delgado, ministra de Justicia del primer gobierno sanchista, de su tino y prudencia da idea clara el artículo “Principio de incertidumbre” que hace ahora justamente seis años publicó en El País para afirmar que una reforma sobre la jurisdicción universal propuesta por el gobierno popular de entonces “ha suscitado uno de los debates más intensos de los últimos tiempos en la sociedad española”.
¿Acaso alguien recuerda algo de aquel apasionado debate en el que organizaciones de víctimas, juristas nacionales e internacionales e incluso un relator de la ONU ponían sus gritos en el cielo? Palabra de la nueva Fiscal General del Reino.
A la amante de la Justicia Universal otrora empeñada en empapelar a Gadafi le importó un bledo, ya siendo ministra, que el CGPJ calificara de burda maniobra la denuncia que Puigdemont hizo contra Llarena ante un tribunal belga. Aquí la ministra no gastó ni una palabra.
Como no podía ser menos, dado el equipo en que juega, Lola miente casi tanto como Ábalos. Descubierta en una francachela con su amigo Garzón y el deleznable Villarejo, hasta tres veces dio vueltas a los hechos. Primero negó toda relación con lo que luego llamó las cloacas del Estado. A las pocas horas rebajó tan drástica negativa: no tuvo relaciones profesionales. Y una vez difundidas las conversaciones, no le quedó otra que confesar su presencia en el almuerzo en que celebraban la distinción con que el gobierno Zapatero premió los extraños servicios a la patria del tal Villarejo, cuyos sórdidos recuerdos Balta y Lola reían.
“Ni las cloacas, ni la derecha, ni la extrema derecha, ni la extrema extrema derecha me van a despistar o amedrentar”. Palabra de la nueva Fiscal General del Reino.
En fin, tras el paripé de ayer, es un escándalo hacer firmar al Rey la designación de Delgado como Fiscal General, una reciente diputada socialista, ministra tres veces recusada por la Cámara y autodefinida como “ministra de trinchera” después de haber sido “fiscal de trinchera”, y ahora “funcionaria de trinchera”, que dijo ayer.
Extraño Gobierno del diálogo el que avanza cavando trincheras.