La cocina estrenada por Tezanos ha conseguido su objetivo: liberar a Sánchez de su dependencia de los golpistas. Está a punto de conseguirlo, le bastaría el auxilio de los de comunistas a la violeta; y ya puestos a ello, ¿qué necesidad tienen éstos de dividir a la izquierda votando a la pareja podemita?
El CIS ha diseñado el mejor eslogan de la campaña sanchista. Lo de haz que pase no dejaba de ser una broma; a la izquierda hay que meterle en la cabeza que la unión hace la fuerza, para dejarse de tiquis niquis y votar al que dicen que va a ganar.
Los de la oposición constitucionalista aprenderán tarde y a porrazos. La semilla sembrada por los democristianos y carlistas que anidaban en el PP está dando sus frutos, aunque para sus promotores resulten más amargos que la hiel: el sanchismo primera fuerza en la mayoría de las provincias españolas. ¡Inveterada capacidad de las derechas para hacer las cosas al revés!
Por otra parte, la reedición de aquella operación Roca de los años 80 que hoy interpreta Rivera con mayor éxito está abocada sin embargo al mismo resultado: el fracaso. En aquellas elecciones de 1986 la división de los votos de la derecha, lejos de frenar a los socialistas, brindó a González su segunda mayoría absoluta. Viví aquello en primera fila como diputado del CDS, y de aquel PRD no quedaron más que facturas.
Que la historia se repite es cosa sabida. La experiencia debería servir para no volver a equivocarse ante situaciones ya vividas.
Claro que también está dicho que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.