No quedan teclas que tocar en este pandemonio que a diario compone el llamado Presidente del Gobierno español. El doctor Sánchez -¿nada que decir la UCJC sobre el cum laude que le regaló?- está consiguiendo que la sociedad española bata todos los records de aguante acumulados desde que vive en libertad. Pero lo que viene pasando desde que el CIS sondeó a la población, primeros de septiembre, y hace públicos veintitantos días más tarde, ya es demasiado.
Todo es una inmensa patraña, desde la macro encuesta hasta los mentidos y desmentidos del Presidente y sus ministros. Ahora le ha tocado a la ministra que le puso el exjuez prevaricador a través de Iglesias Turrión, el socio de gobierno que no quiere quedar salpicado por la mierda de las cloacas de Interior, dice. Pobre Iglesias, ¡cuán caro te va a resultar el abrazo del aventurero que llevas a hombros!
Hasta cinco veces se ha contradicho la ministra que tiene dicho que no le gusta trabajar con mujeres ni homosexuales. Llamar maricón a su colega Grande Marlasca ¿es de recibo en una persona presuntamente progresista, feminista; una fiscal de carrera? Todo un atentado de género de una señora ministra que, con un par, comenzó diciendo que no se refería a Marlasca. ¿A quién si no, a Mario el de Alaska?
Naturalmente el pobre Marlasca no tuvo otra que absolverla con un beso ante el Senado en pleno y las cámaras de la televisión; pelillos a la mar. Y desde Nueva York el doctor Sánchez instruye a su vicepresidenta para que aguante el empellón que acabará con la ministra Delgado por los suelos; y van tres.
Con todas estas bromas el doctor Sánchez está consiguiendo que en la primera semana de septiembre una mayoría de españoles, el 55%, se manifestara poco o nada satisfecha con la democracia.
Eso dice el barómetro del CIS, noticia más trascendente que el baile de votos atribuidos a cada partido. Incluso la que dice que sólo el 15% considera buena la gestión del Gobierno, y eso cuando aún desconocían la dimisión forzada de una ministra, la que se cierne sobre otra y el bonito espectáculo del plagio presidencial.
Pero, además del 30% que el barómetro da al PSOE ante unas hipotéticas urnas, dice más cosas que a usted no le habrá contado los medios oficiales, como que el «voto directo» a los socialistas baja más de 5 puntos, mientras que el del PP sube 2,7 y 1 el de C’s.