Llevamos con el truco más de un año, desde cuando los que mandan en Bruselas dijeron que o cambiábamos unas cuantas cosas o nos las cambiarían. Frente a aquel “sí o sí”, el presidente y vicepresidente que vienen gobernando -lo de gobernar entiéndase retóricamente- se pusieron manos a la obra: hagamos como que hacemos lo que dicen y Dios proveerá -también la divina alusión es pura retórica porque ni Zapatero ni Rubalcaba parecen propicios a las jaculatorias-.
El caso es que ahí está lo de las jubilaciones -para dentro de década y media-, lo de las cajas de ahorro -comenzando el proceso con año y medio de retraso y ningún sinvergënza en la cárcel- y en cuanto al control del déficit público, que pregunten al Santander cómo ven los inversores internacionales la deuda de nuestras Comunidades y otras corporaciones públicas. Y ahora lo de la reforma de la negociación colectiva.
Lo de hoy es un paso más en ese camino que van haciendo sin llegar nunca a ninguna parte. La reforma laboral, de la que la negociación colectiva es una parte no menor, empezó con el Real Decreto-Ley de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo, aprobado en junio del año pasado. Siguió en septiembre con Ley de Medidas Urgentes para la reforma del mercado de trabajo. Y en ese hacen como que hacen hoy, viernes 10 de junio de 2011, aprueban otro Decreto para la reforma de la negociación colectiva. ¿Será por falta de leyes, órdenes y prohibiciones?
El texto parece que da prioridad a los convenios de empresa sobre los sectoriales y una cierta flexibilidad pero, no habiendo sido publicado oficialmente, desde la mesa de La Moncloa hasta el BOE puede sufrir cualquien tipo de cambios. Todo depende de quién empuje más, si UGT, CC.OO., CEOE, el PSOE o su candidato y vicepresidente del propio Gobierno que acaba de aprobarlo.
Por si faltara algo, de momento las dos centrales sindicales dicen no setirse concernidas por lo que llaman reforma unilateral del Gobierno, IU añade que favorece a los empresarios y la sede de la confederación empresarial es asaltada por los autoproclamados Indignados -como si el resto fuéramos felices-. Unos ángeles éstos, por cierto; de los cinco detenidos ayer en el asalto a las Corts valencianas, resulta que tres ya tenían antecedentes policiales.
Y así van las cosas cuando llevamos ya veinte días perdidos.