A los accionistas toca pagar la ronda siguiente de la reforma financiera ayer anunciada por De Gindos, nuevo ministro de Economía. Que los bancos y cajas reconvertidas tengan que poner en hora sus carteras inmobiliarias va por cuenta del accionista. Podía haberlo hecho un gobierno socialista pero no; lo hacen los liberal-conservadores. La verdad es que el socialista lo que hizo para salvar parte del sistema financiero fue poner dinero público, unos 88.000 millones en tres años, entre financiación y compra de activos tóxicos. ¿La vida al revés?
Lo relevante es que los de ahora no pierden el tiempo entre las ramas. Exigiendo a bancos y cajas que pongan sobre el tapete 50.000 millones pueden alcanzar simultáneamente varios objetivos: reestructurar el sector –alguna fusión será obligada- y fortalecer las entidades resultantes, limpiar sus balances de grasa superflua liberando recursos, facilitar su financiación en los mercados y, de paso, reducir el precio del suelo e inmuebles.
El esfuerzo no es baladí. Hoy bancos y cajas tienen en sus balances suelo por valor de unos 72.000 millones; promociones en curso, por unos 15.000 millones, y promociones terminadas y vivienda por valor de otros 64.000 millones. Las provisiones que tienen hechas, cubren respectivamente un 31%, 27% y 25% de esos activos problemáticos; antes de fin de año han de tener cubiertos el 80%, 65% y 35%. En eso, y en una provisión global de 10.000 millones, “por si las moscas”, se van los 50.000 millones que han de salir de beneficios o de aumentos de capital. O sea, del bolsillo del accionista.
Al obligar a hacer las coberturas y provisiones en este mismo año, los fusionados tendrán dos para ponerse al día, se adelanta la normalización del crédito. O lo que es lo mismo, que el sector financiero cumpla su función social. Sólo así el país volverá a andar. Y, entre otras cosas, se abrirá a la realidad el precio de las viviendas.
Hoy no se sabe realmente cuál es su valor de mercado por la sencilla razón de que no hay mercado. No lo hay porque no hay financiación. Y porque quienes tienen suelo o casas siguen sentados a la espera de que la cosa mejore. Pero, obviamente, si la Caja B o C tiene un solar en su balance por 10 millones, obligada a cubrir el 80% de hecho pasa a tenerlo en 2 millones. ¿Dejaría de venderlo a quien le ofrezca 3? Difícilmente, ya que además de hacer caja liberaría los 8 millones congelados en la cobertura hecha. que podría dedicar a su negocio, que es prestar.
Y frente a todo esto, el líder del sindicato socialista subvencionado dice que la reforma va a causar más paro por las fusiones. Un lince este Méndez.