Este país nuestro es mucho más que lo que cuentan los periódicos y se oye a quienes tanto chillan en radios y televisoras. Menos mal. No todo son lamentos ni procesiones de autoflagelantes que no nos dejan vivir en paz. Hay mundo más allá de ese círculo de tiza caucasiano en el que unos y otros se disputan la posesión de la verdad, la Historia, el poder.
En España nació ayer una obra de arte que un patriota liberal ha traído al mundo en momento oportuno. Dice su autor que la obra nace no tanto en el pentagrama o el lienzo sino cuando es vivida por el público. Cristóbal Halffter acabó de componerla hace año y medio pero fue ayer cuando vio la luz.
Imágenes, ese es el título de la composición, evoca orquestalmente las trayectorias vitales de dos hombres que no se conocieron aunque vivieron en los mismos años. Uno español, alemán el otro. En sociedades bien distintas, Goya y Beethoven compartieron, además de la sordera, el mismo afán de libertad.
Sus obras iniciales responden al espíritu de su tiempo, y con su tiempo fueron evolucionando hasta proyectarse más allá de sus coetáneos. Como el maestro Halffter anota, ninguno de ellos tuvo continuidad hasta muchos años después. “Los dos pasan del rococó al expresionismo, lo que sólo ochenta años más tarde tendría continuadores en la pintura y la música”.
Ese es un rasgo común en los genios, ser adelantados del futuro. Para proyectar pensamiento y actuaciones hacia delante parten de bases sólidas y tienen los pies en el suelo. Sólo así puede soñarse despierto sin temor a caer… en el pasado, como está ocurriendo aquí y ahora entre algunos líderes de andar por casa.
Imágenes, ayer estrenada en el Auditorio Nacional madrileño por la Sinfónica de Madrid dirigida por Pedro Halffter, son doce minutos para el goce sensitivo y la reflexión intelectual, circunstancias ambas en que el hombre se hace más persona. Y escuchando el discurso simbólico sobre dos genios de la humanidad, dos hombres universales, cuán pequeñas se hacen las personalidades que hoy acaparan la atención de nuestra sociedad.
Las personas, las cuestiones y los modos con que se producen las disputas. ¿Qué pintaría Goya en la España de hoy, a falta de fusilamientos en la Moncloa y con la Pradera de San Isidro recalificada como suelo urbano? ¿Volvería Beethoven a dedicar una sinfonía al líder equivocado, como le ocurrió con Napoleón?
Seguramente seguirían a Halffter y entre el cansino desconcierto en que vive nuestra sociedad abrirían resquicios de luz por los que vislumbrar un mundo mejor.
Eso es lo que ayer comenzó a producirse con el nacimiento de Imágenes. Mucho más que mil palabras.