El falso humillado

Zapatero y sus peligrosas amistades.

Lo que pasa, lo que nos pasa, ¿no le produce tal vértigo como si estuviera escalando una de las siete cumbres del planeta? No hay día sin pausa, y aún queda recorrido por delante con momentos asombrosos por nunca vistos.

Ni al Shakespeare del Hamlet o el rey Lear se le pasó por la pluma escena como la de nuestro primer ministro genuflexo ante el forajido que pretendió robarle el país. La propia mansión presidencial se constituyó en teatro desalojando las salas donde los ministros celebraron el consejo que dedicó su tiempo a aprobar un ramillete de decretos para contento del golpista, como se encargó de subrayar el más simple de sus edecanes.

¿Que para qué tanta humillación? Los siete clavos de Puigdemont para afianzar en el muro la deshilachada mayoría de progreso. Ni más ni tampoco menos. Siete escaños para seguir disfrutando de Su Persona como un nuevo Narciso.

Como es natural, el artificio penitencial, lejos de impactar llenó de regocijo a sus destinatarios. Se lo tomaron a coña y a su conocida comanda añadieron “y también dos huevos duros” como Chico Marx pidió añadir al menú, y Groucho remató: “en lugar de dos, pon tres”. Era en Una noche en la ópera

Bien está que alegue en su defensa que Ábalos era para él un perfecto desconocido, como que nada le conste de cuanto ha oído, dicho y perpetrado, pero ignorar el pelaje de los colegas catalanes es aún más increíble.

Y mes a mes, como dicen en Sant Feliu de Guíxols, les ofrece como interlocutor a Bolaños, su triministro para todo, apartando a quien encargó del trapicheo a raíz de la caída de Cerdán.

Queda por saber si el relevo guarda alguna relación con lo que el exjefe de Inteligencia de Venezuela con Chávez y Maduro, hoy en una prisión norteamericana, “El Pollo” Carvajal cuente en los Estados Unidos. La presencia de Rodríguez Zapatero ha sido demasiado reiterada y siempre de la mano de la dictadura, en tiempo de elecciones y sin ellas.

Que venga Zapatero”, pidió la vicepresidencia bolivariana en su clandestina escala en Madrid hace cinco años. Delcy Rodríguez es precisamente la persona que Maduro ofreció a Trump para ocupar la presidencia tras su salida pactada. Venezuela, Colombia, China… algo similar podría pedir el presidente de Huawei de paso por Madrid.

En fin, demasiadas conexiones peligrosas que en algún momento se hace preciso cortocircuitar caiga quien caiga porque lo suyo sólo es él. Para allanar el camino dispone de fondos sin fondo que se procura vendiendo lo que no es suyo como el okupa que ofrecía en alquiler los pisos en que acababa de instalarse.

Ni humillado ni ofendido, no se crean nada de lo que ven. Teatro.

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Posted viernes, diciembre 5th, 2025 (37 minutes ago) under Política.

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