Regeneración 2025

Como Costa advirtió hace cerca de siglo y medio, España precisa hoy una profunda regeneración. Más aún que la reclamada entonces por aquel “León de Graus”.

Ahora, a punto ahora de doblar el primer cuarto del siglo XXI, no son colonias ultramarinas lo que estamos perdiendo sino la propia identidad de la Nación. La partitocracia ha reemplazado a la oligarquía y el caciquismo; y aquel histórico lema de “Escuela, Despensa y doble llave al sepulcro del Cid” sigue encajado entre las nuevas coordenadas de nuestro tiempo.

Como entonces, hoy es imperioso acometer cambios estructurales y reformas inaplazables para restaurar la confianza de los españoles en su propio ser como ciudadanos de un pueblo libre, y liberar las instituciones públicas de las ataduras y corrupción institucional que las constriñen, desde el Parlamento hasta la Justicia.

El sanchismo ha estado a punto de desencuadernar nuestro manual de convivencia. Si la Constitución sigue en pie no es precisamente debido al respeto que la mayoría de los actuales agentes políticos juró profesar sino porque sigue viva en la sociedad. Pero en sus páginas constan los intentos de torcer su espíritu, con éxito en algún caso como la composición del órgano de gobierno de la administración de la Justicia.

El sistema parlamentario que define nuestra organización política ha llegado a transmutarse en un presidencialismo que perturba el ejercicio normal de sus funciones.

Ello, unido a la supervivencia de un sistema electoral creado para la puesta en marcha de las Cortes constituyentes, hoy vulnera el principio básico de toda democracia representativa. Los ciudadanos no se sienten representados en los órganos legislativos y de control del ejecutivo porque tales funciones no se ven cumplidas.

Cuando se ciegan los canales ordinarios para el debate se abren cauces nuevos en los que la razón es suplantada por la emoción y la política por el espectáculo. Es el momento de la polarización, y la crispación termina por quebrar la convivencia de una sociedad sometida a tal cúmulo de presiones y desgracias.

Que en eso estemos revela que el sistema se ha visto desbordado. Los factores son diversos; hace medio siglo occidente vivía una guerra fría que ordenaba los tableros políticos con una nitidez hoy barrida por las nuevas corrientes sociopolíticas que están afectando a las democracias occidentales.

Pero más allá, o más acá, de tal fenómeno aquí estamos viviendo las consecuencias de una deslealtad hacia los principios constitucionales inconcebible en cualquiera responsable político que estuviera sentado a la cabecera del Gobierno de la nación.

Tal deriva, iniciada por el segundo primer ministro socialista, se ha convertido en la hoja de ruta que hoy sigue el actual mandatario, un simple aunque demasiado gravoso barrenero de nuestra convivencia, en el que no merece la pena detenerse.

Lo relevante es la situación creada tras su paso por el poder, lo que requiere una urgente regeneración. El hedor causado por una corrupción en derredor suyo, elevada a categoría de sistémica, traspasa los límites de la sanción judicial. Porque si la irresponsabilidad sucediera a la impunidad, la ley de la selva acabaría estatuida. La transparencia y la responsabilidad patrimonial de individuos, partidos y demás pantallas públicas son grietas por cerrar, como el nepotismo y la injerencia política en el mundo privado, tanto cultural, como económico.

Y aún con mayor determinación en el poder judicial. Los intentos de entrometerse en el juego de los órganos fiscales, como el hecho de mantener la politización del poder judicial contra viento, marea y Venecia son atentados contra la fe de los ciudadanos en el sistema. Y no será fácil restaurarla mientras desconozcan sus raíces y el espíritu de concordia que lo engendró.

Ahí está el gran desafío de la regeneración. Costa mencionaba la Escuela como uno de los grandes retos de aquella España de iletrados, hambre y alpargatas. Hoy por escuelas no hay problema, aunque el fraccionalismo derivado del Estado autonómico ciertamente no contribuya a satisfacer su rol promotor de una sociedad de ciudadanos responsables, libres y solidarios.

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Posted lunes, octubre 27th, 2025 (2 hours ago) under Política.

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