Y haciendo virtud de la necesidad se subió al Falcon, y a La Mareta para sacudirse el recuerdo de tantos caídos durante el ejercicio y hasta del memo fiscal general; ¿a quién se le ocurre borrar las huellas del crimen?, comenta con su Begoña instalada a la vera.
Sánchez Pérez-Castejón tratará de recuperar en Lanzarote el contrapeso que acaba devolviéndolo a la verticalidad, como el tentetieso que presume ser con el cuento de la resiliencia. Para eso convoca a Zapatero, avezado enjalbegador de dictaduras como la China y dictadorzuelos como Maduro, siempre generosos con quienes encubren sus estigmas.
Extraña pareja surgida de nadie sabe dónde para escalar a lo más alto del Estado y desguazarlo quebrando las líneas de resistencia definidas en la Constitución y poniendo en almoneda sus capacidades internacionales en beneficio de China y Marruecos y detrimento de Europa y tradicionales aliados.
La realidad del desastre que puso a la nación al borde de la suspensión de pagos, desalojó de la Moncloa al precursor del sanchismo a golpe de urnas. Hace un par de días, un medio internacional de los que Sánchez gusta adornarse le advertía muy seriamente que no tiene más salida que dimitir o convocar elecciones; un papirotazo en toda regla sobre la macilenta faz con que emprende unas largas vacaciones. “Que las aproveche, concluye el editorial de The Economist, para reflexionar sobre los intereses de su partido y de su país, y actuar en consecuencia.”
Muchos han dicho que es el peor presidente que ha tenido nuestra democracia, consta por escrito, y tienen razón; sí, es el peor.
Su falta de recato, el descaro con que desmonta principios básicos de la convivencia en democracia es Indecente.
La carencia de dignidad en sus palabras y actos propios de su función presidencial es Indecente.
Su manifiesta falta de respeto a la Corona es Indecente.
La compra de votos tanto en las primarias de su partido como en el Congreso es Indecente.
Asaltar instituciones para usarlas de parapeto es Indecente.
Convivir con la corrupción como quien oye llover es Indecente.
Mentir es deshonesto, Indecente.
Es lo que tenemos, ¿hasta cuándo?