El hombre que nunca existió

Ríase usted de la Gran Purga soviética de los años treinta del pasado siglo, medio millón de condenados, o sin salir de aquel paraíso, del borrado decretado por Stalin de las imágenes de Trotsky y Kamenev al pie de la tribuna de Lenin, o del camarada Yezhov retratado a su vera. Y ahora reflexione sobre el borrado de toda huella de Santos Cerdán en el partido que dirigió hasta hace una semana.

Sí, hay cosas que siguen pasando, como que en la web del PSOE no conste el recentísimo paso por su cúpula del secretario de organización que la vicepresidenta Montero puso como modelo frente a su predecesor, Ábalos por cierto. Mayor celeridad, imposible.

Al fin y al cabo, los comunistas rusos dejaban pasar algún tiempo para eliminar los restos de los caídos en desgracia. Hoy, marcados por la IA, redes sociales y, sobre todo, por el instinto de conservación de Sánchez, no cabe dilación; hay que borrar la mierda para seguir pareciendo “un partido limpio”. ¿Hasta cuándo?

En esto de borrar el pasado hay infinidad de historias. Una de ellas fue llevada al cine en varias ocasiones. En los años 50, “EL hombre que nunca existió” y ya en este siglo, “Operación carne picada”, versiones en español de “The man who never was” y “Operation Nancemeat”.

El borrado en cuestión parece que resultó importante para engañar a Hitler sobre el desembarco aliado en Normandía. La operación de la inteligencia militar británica puso en manos nazis falsos papeles sobre un hipotético desembarco en Grecia alojados en el maletín del cadáver de un supuesto oficial depositado frente a la playa de Punta Umbría.

¿A quién tratan de embaucar ahora?, seguramente a la propia parroquia sanchista, que pierde a raudales la fe del carbonero que sustenta la silla gestatoria del profeta, el pequeño caudillo hoy cercado por arriba y abajo, de frente y por la espalda.

Convertido poco menos que en ectoplasma, Cerdán puede armar la de Dios es Cristo puesto a rehacerse. El arquitecto del gobierno, como se autodefinió ante el juez, tiene en sus manos más hilos que el mayor titiritero de la historia. Bástale tirar de uno u otro cada tres o cuatro días para provocar el derrumbe del tinglado de la torpe farsa de la que han vivido el aventurero y su familia.

El último número dos de Sánchez, hoy poco menos que carne picada, es la piedra angular de la financiación del partido del Gobierno. Como para andarse con él de bromas, tal como eliminarlo de las fotografías, como han hecho los de la presidenta navarra Chivite que hace una semana lloraba desconsolada por él.

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Posted jueves, julio 3rd, 2025 (10 hours ago) under Política, Sin categoría.

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