Las riendas del poder

El auriga entra con mala cara en el Congreso.

Dice el capitán que no puede soltar las riendas del poder. Literalmente: “Entregar las riendas del país al PP y VOX sería una tremenda irresponsabilidad”. He ahí la razón de su sacrificio, auténtica inmolación. Atado de pies y manos a su misión progresista, presume de acaudillar el último partido socialista europeo.

Por el camino va despojándose de sus fieles; él los puso y los dispuso en los más alto de su Gobierno y partido. Imbuido en su papel de deus ex machina, se gozaba de solucionar sin gran esfuerzo situaciones tan duras como ver a su Begoña confundida en el pozo de la corrupción. Pero ahora siente el frío del vacío, el miedo ante el fin de la última partida.

Al perder los papeles alumbra su auténtica personalidad: un simple aventurero, más ligero de principios que el equipaje que cargó sobre las espaldas de sus fieles. Pero cuando éstos, uno a uno, se ven desembarazados de su servidumbre se descubre la realidad de lo que han custodiado desde que compartieron asientos en aquel histórico Peugeot 5.

Por todo equipaje, los cuatro viajaban con un simple canasto de ancha boca para colmarlo de corrupción, pasta y puterío, envuelto con el plexiglás de la mentira y recubierto de teflón. Don Teflón ha apodado The Times a Sánchez, como si más allá del maquillaje estuviera revestido de ese polímero antiadherente que permite freír huevos sin manchar la sartén. Así llamaron a Gotti, el mafioso italoamericano inmune durante años de atrocidades sin límite hasta que le cayó la del pulpo.

Las riendas del poder… De otro se decía antaño que mantenía prendida la lucecita de su despacho día y noche cumpliendo su papel de vigía de occidente. Aquel trataba de luchar contra el comunismo y las intrigas judeomasónicas. Mr. Teflón está en otra: eliminar la fachoesfera y mantener a la derecha al otro lado del muro para siempre.

¡Qué lejos parece hoy aquel “Habla pueblo, habla…”! con el que comenzamos a ser y sentirnos libres. No ha pasado tanto tiempo, tan sólo una generación y media, desde que una inmensa mayoría de españoles se sintió protagonista de su tiempo. Hoy no comprenden por qué no pueden ejercer su libertad en unas elecciones generales para sacudirse las riendas con que un aventurero mantiene sometido a todo un país.

Esa es la única salida de la sima de fango en que estamos entrampados: elecciones generales. Cuanto antes todo resultará más fácil para reencontrarnos en la normalidad propia de una de las grandes naciones europeas. La resistencia del auriga aferrado a las riendas del poder es una desgracia para todo el país.

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Posted jueves, junio 19th, 2025 under Sin categoría.

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