Qué barbaridad

Beatriz Corredor, la presidenta de REDEIA ausente,

No, aún queda mucho por pasar; no hemos llegado al límite del espanto. Sánchez es un pozo sin fondo en eso de sorprender por su descaro. Cada vez que habla miente seis o siete veces; una nunca es suficiente para el todavía primer ministro en el Gobierno de España.

Y cuando no tiene a mano el guion de las mentiras, calla; se ausenta de la actualidad como si la actualidad estuviera definida por su presencia. Capaz es de explicar en un próximo futuro que no murió Francisco, ni que en Roma medio millón de personas siguieron las exequias por el papa argentino que dio pie a Trump y Zelenski para hablar de sus cosas bajo cúpula vaticana. Muy capaz.

Es lo que debió de ocurrirle hace unas horas cuando nos quedamos a oscuras. Todo dios habló, en portugués, francés incluso inglés, y vaya usted a saber si en ruso, menos el responsable español de las cosas públicas. Y cuando se hizo visible, balbuceó nada que a nadie aclarara, pero eso sí, se sacudió el barro de encima echando la culpa a la empresa privada.

¿Privada Redeia?, la Red Eléctrica está poseída mayoritariamente por su Gobierno a través de la Sepi, que nombra a sus administradores, desde el consejo de administración hasta las direcciones generales; es propietaria de toda la red española de alta tensión, 40.000 kms. y tiene una nómina de 2.400 empleados. Pero Sánchez no torció el gesto para definirla como privada.

Aunque desde su posición administrativa, propusiera a Beatriz Corredor, exministra de Vivienda con Zapatero, para presidirla. En este caso se trata de una funcionaria pública de altura, registradora de la propiedad, y militante ilustre de su partido: presidió la Fundación Pablo Iglesias tras la salida de Tezanos hacia el pobre CIS.

La señora Corredor aún no ha aparecido para explicar nada a los contribuyentes.

En una segunda aparición Sánchez amplió el abanico de responsabilidades con las empresas privadas de producción y distribución de la energía que les suministra la Red pública, de gestión privada; sí, tan privada como su Televisión pública que no perdió la oportunidad de colar un spot publicitario de la vice Montero en la final sevillana de la Copa del Rey.

Naturalmente, ante la denuncia de las empresas privadas, su rojerío doméstico se apresuró a reclamar la nacionalización de todo el sector y condenar sus malditos beneficios.

En fin, el ancho mundo de lo que entiende como privado permite a nuestro aún primer ministro libertades como velar por un hermano que aún no sabe lo que hace en su despacho, o permitir las alegrías con que su pareja zascandilea por la Universidad Complutense sin título habilitante para ello y recomendar a sus mecenas necesitadas de auxilio económico.

¡Qué barbaridad!

Se nos hizo de noche para que la gente pudiera dar una lección de responsabilidad cívica a quienes no la ejercen desde dónde más obligados están a practicarla.

Compartir entrada:
Posted martes, abril 29th, 2025 under Política.

Leave a Reply