Insoportable desvergüenza

Flores a Ho Chi Min

¿A qué esperan para salir de escena tapándose sus vergüenzas tal como Adán y Eva tras ser expulsados del paraíso?

No hay día sin escándalo. Por aquí y por allá. En el lejano oriente, el primer ministro rinde homenaje a Ho Chi Min, el dictador comunista que cargó sobre su conciencia la muerte de sesenta mil norteamericanos en la guerra desatada desde el norte para apropiarse del Vietnam del Sur. Bravo por este discípulo fiel de Zapatero, el gran constructor de alianzas.

La de Las Civilizaciones, que lanzó con el turco Erdogan y de la que siguen viviendo personajes como su exministro Moratinos, marcó el comienzo de un abanico de revoluciones, desde la llamada de los Jazmines en Túnez, la Blanca de Egipto, la guerra contra Gadafi o la de las Cintas Rosas del Yemen, entre tantas otras hasta la brutal actuación de Netanyahu en Palestina.

Hay que ser muy, pero que muy egotista, para llevar hoy flores en nombre de España al vietnamita. Podría rematar la faena ofrendando unas naranjas al asaltante de Ucrania. Total, puestos a encelar al dragón americano…

Si sus pasos en la arena internacional son tan discretos como los de un elefante pudiera serlo en la Real Fábrica de Cristales de La Granja, su sombra no deja títere con cabeza aquí dentro. Begoña ya es lo más parecido a un juguete roto, y es que no hay nada peor que haberse puesto por montera la discreción y reglas de su papel.

Hasta ahora pechaba con el atrevimiento, consentido por ciertas autoridades, marido incluido, de despachar títulos universitarios careciendo de toda facultad para hacerlo. Tal vez pensó que si el compañero presidente se doctoró sin escribir una tesis, y en universidad privada, por qué no iba ella a montar un máster y en la pública mayor del país.

Pero los pasos dejan huellas, y ahora sabemos que intermedió ante el gobierno de su marido para salvar a una aerolínea de la quiebra. La hazaña estaba en las mientes de muchos, ahora consta entre las pruebas de un juzgado.

Y ¿cabe mayor desvergüenza que seguir haciendo trampas en medio de una negociación sobre algo tan serio como fijar una posición de Estado en la circunstancia que vivimos? Es su naturaleza, como la del escorpión picando su aguijón sobre la rana que se prestó a salvarle de los remolinos del río.

Esta aversión a las buenas prácticas que rigen las relaciones humanas entre seres civilizados parece atávica. El sanchismo ha cronificado el uso de la mentira, y el abuso de dicterios contra su alternativa de gobierno, además de atentar contra la democracia, revela una lamentable carencia de sentido del ridículo. Como oír a los ministros recitar el salterio diario que compone el medio millar de asesores monclovitas.

¿A qué esperan?

Compartir entrada:
Posted jueves, abril 10th, 2025 under Política.

Leave a Reply