Alvarez-Pallete con Pedro Sánchez, antes.
La embestida sanchista en el gobierno de la compañía Telefónica, sociedad privada cotizada en diversos mercados, debe de guardar motivaciones diversas, y alguna tal vez inconfesable. El despido de su presidente, consumado en la sede del Gobierno, ratificado inmediatamente por el Consejo de Administración que designa un nuevo presidente, todo ello al abrigo de un fin de semana, da que pensar.
El señor Álvarez-Pallete fue recibido en la Moncloa con un mensaje más propio de un césar del bajo imperio romano, “lo has hecho muy bien, pero tienes que irte”, que de quien tiene la responsabilidad de cuidar de la transparencia de los mercados, pero claro, Sánchez se escondía tras su asesor De la Rocha, y de transparencia huye como gato escaldado del agua fría.
En la sorpresa está incluido el apoyo de un par de socios, al 10%, que el Estado tiene en la compañía asaltada, después de haber invertido 2300 millones en su día. SEPI, Caixa y BBVA, fueron los agentes del asalto, con la supuesta aquiescencia del grupo estatal saudí que tiene aprobado llegar hasta un 9,99 %.
Parece obvio que el presidente ocupante, Murtrua estaba ya al tanto de la confianza que en él iban a depositar los consejeros de Telefónica siguiendo la pauta del Gobierno. Hacía cuatro años había recibido el encargo, por vía análoga, un 28% de su capital en manos de SEPI, de presidir INDRA, empresa líder en el sector armamentístico, defensa y telecomunicaciones. Su irrupción se produjo arrollando al entonces presidente, Abril Martorell con formas similares. Un año después, le nombraron un consejero delegado, De los Mozos, habida cuenta de su desempeño.
Y, naturalmente, hubo que nombrar nuevo presidente de INDRA, este sí deprisa y por cooptación, a un consejero de la casa, Escribano, cuya empresa familiar también dedicada a cuestiones de defensa, trabaja por medio mundo.
Un dato curioso: de todo esto no tenía noticia la jefa natural de la SEPI, que es la titular de Hacienda y vicepresidenta Montero. Así lo confesó durante el fin de semana. La brava palmera de Sánchez no entra en las maniobras políticas de su entorno. ¿En ninguna? Tal vez no supiera nada de colaboración de Pallete en la consolidación del sanchismo en El País al vender su participación, un 9%, a amigos de Sánchez en los dos años últimos, como Oughourlian actual presidente y primer accionista del diario a través de Amber. ¡Ay!
En fin, ¿de qué va la operación? Suponer que todo ello está relacionado con el apoyo de ambas empresas a las iniciativas de Begoña, indiscreciones sobre los trámites, etc. no parece consistente. Aunque vaya usted a saber…
Tal vez tendría mayor entidad imaginar que el quid esté en el repositorio de información que tengan sobre los correos y demás comunicaciones que ese tal García Ortiz destruyó de sus teléfonos y pantallas como el asesino que arroja a la basura sus zapatos delatores. Podría ser; de momento la UCO ya a instado al juez que la reclame a Wasap y Google.
Y por qué no suponer algo de mayor alcance: fusionar las dos empresas, Indra más Telefónica, todo un pequeño gigante global. La primera reacción bursátil de ambas ha sido curiosa: la teleco perdió un 3,8%, mientras la tecnológica ganó un 3,5%. Lo propio en el caso de las fusiones entre compañias de distinta dimensión. Y aún podría quedar pendiente incluir a EM&E, el grupo de Escribano que ya posee el 14,3% de INDRA.
Sería homérico.
