Dice Biden, entre otros, que Putin se ha situado en el lado equivocado de la Historia. La cuestión es ¿tiene lados la Historia?
Por historia entendemos el conjunto de sucesos y hechos de toda naturaleza vividos por una nación. Hay quienes piensan, como Marcel Camus, que en el fondo la Historia mundial es la historia de la libertad.
Ese continuo, perpetuum mobile, como el afamado vals de Johann Strauss II, registra frenos y aceleraciones según las circunstancias y personas por las que pasa, unas haciéndola y otras sufriéndola. Dese nuestra visión la humanidad permaneció aletargada durante los siglos que catalogamos como Edad Media, un largo paréntesis entre el helenismo y el Renacimiento.
La Grecia clásica alumbró conceptos básicos para el ejercicio de la libertad, como la polis, la democracia y la ciudadanía. Roma lo reglamentó y llevó su derecho hasta los confines de su imperio. Y el Renacimiento aportó el pensamiento crítico, la relatividad, y las formas de gobierno propias de aquel nuevo mundo que, en continua evolución, revoluciones incluidas, han llegado hasta hoy.
¿Estaban en el lado equivocado de la Historia los bárbaros que asolaron Roma, y el comunismo, o el nazismo que causaron en el siglo XX más de un centenar de millones de muertes?
La Historia no está predeterminada, ni se guía por verdades apodícticas. Digamos que es fruto de la voluntad de las personas que en ciertos casos provocan progreso y en otros, receso, parones e incluso abismos; y aquí se insertan los casos de Hitler y Putin.
Nadie sabe cuánto tardará y hasta dónde pueda llegar la crisis abierta por el autócrata ruso con la invasión de Ucrania. Pero sí sabemos que el atropello ha detenido la civilidad y el progreso en la marcha normal de la Historia. Y cabe sospechar que el crimen no se circunscriba a la toma de Lugansk y Donetsk, regiones del Dombás ucraniano en las que ha estado sembrando, regando y cultivando el amor de los separatistas pro rusos. Al tiempo…
Porque lo que está pasando parece un calco de la toma de los Sudetes por Hitler, octubre de 1938. Entonces se trataba de Bohemia, Moravia y Silesia, regiones que el alemán asaltó con similares excusas a las empleadas ahora por el ruso. Pues bien, a los seis meses invadió la totalidad de Checoslovaquia y abrió el mayor abismo que registra la Historia de la humanidad.
¿En el lado equivocado de la Historia?, no. Putin está contra la Historia.