¿Hasta cuándo el CIS seguirá en manos de un activista sin vergüenza alguna para utilizar los recursos públicos en favor de su partido, fabricando una realidad virtual en contra de la real que reflejan los datos de sus propios sondeos?
Evidentemente, el Instituto demoscópico no constituye el primer problema del país, pero sí lo es la carencia de escrúpulos de quien designa a su responsable. Sobran palabras gruesas, cohecho, malversación, para denunciar la actuación del presidente del Gobierno y del director general del Centro; dejémoslo en abuso de poder, en fraude.
Lo ocurrido con las encuestas CIS ante el reciente plebiscito madrileño -que en favor de su presidenta eso han acabado siendo los recientes comicios- es escandaloso; en cualquier empresa privada su responsable habría sido fulminado. ¿Dónde queda ahora la credibilidad de sus estudios demoscópicos?
¿Hasta cuándo, Sánchez y Tezanos, seguiréis abusando de nuestra paciencia y dinero?
¿Hasta cuándo habremos de soportar insultos y descalificaciones grotescas por parte de miembros del gobierno de Su Sanchidad? La vicepresidenta Calvo es una brillante muestra de tal empeño, en seria competencia con el ministro Ábalos. Los 100.000 votos socialistas depositados en las urnas de Ayuso son resultado de la debilidad mental creada por la pandemia. Hitler sobrevuela los tejados madrileños. La debacle sanchista ha sido causada por el afán del madrileño a tomar una caña con berberechos…
Abducidos por la mendacidad de la que viven, son capaces de decir una cosa y la contraria en su propio discurso y en un mismo acto. Calvo a Alsina en Onda Cero:
Primer corte (lamenta la falta de reconocimiento de los votantes): “a pesar de haberse esforzado para luchar contra el coronavirus no se ha reflejado en el 4 de mayo, ya que los primeros a los que se castiga es a los que están en el Gobierno y toman las decisiones”.
Segundo corte (a los pocos segundos): “el Gobierno de España no ha tenido la responsabilidad de la Sanidad durante la pandemia del coronavirus, a pesar de estar decretado el estado de alarma, porque la gestión correspondía a las Comunidades Autónomas.”
¿En qué quedamos, se esforzaron o la cosa no iba con ellos? Por favor…
Y así podríamos continuar para tratar de despejar tanta incertidumbre y sacudirnos la perplejidad que provoca la llamada gobernanza de esta gente… Tiempo ha de haber.
El senador Marco Tulio Ciceron comenzó el primero de sus cuatro discursos contra Lucio Sergio Catilina en el Senado romano con una frase hecha viral antes de que existieran los tuits: Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? Catilina salió de aquella sesión con la toga entre las piernas, visto el rechazo que suscitó su intervención, cortada con increpaciones al “enemigo de la patria”. Se refugió en Etruria y sus conjuras terminaron en la batalla de Pistoia, aplastado por una legión romana que regresaba de Hispania.
Visto el primer reflejo del comité federal sanchista ante la debacle madrileña, expedientar para su expulsión de Joaquín Leguina y Nicolás Redondo, sólo cabe preguntarse: ¿Hasta cuándo los socialdemócratas que refundaron el PSOE, y desde sus filas gobernaron buena parte de nuestra democracia, seguirán tolerando la impostura del sanchismo?