Aunque la mona se vista de seda… O lo del hábito que no hace al monje… El caso es que por vicepresidenta primera que sea la señora Calvo, Carmen de nombre, no deja de ser la consejera andaluza de Cultura que tuvo que recoger Zapatero cuando Chaves se la quitó de encima. Ni la ministra a la que, tras el comentario de un senador popular, “Calvo dixit”, se lanzó como un basilisco: «usted para mí nunca será Van-Halen «Dixi» ni «Pixi«.
El motivo del debate era la cinematografía, precisamente donde los dibujos de la Warner Pixie y Dixie y Mr. Jinks cumplían por entonces medio siglo de exhibición, algo así como Tom y Jerry, del mismo director por cierto, pero hablando, y con acento andaluz en la versión hispana.
Algo pues sabía la ministra de Cultura de aquellos monigotes animados, pero la doctora en Derecho Constitucional por la Universidad de Córdoba, del uso de expresiones latinas como Ipse dixit, o Magister dixit , tan caras a Cicerón, algo más debería haber sabido para no hacer el ridículo.
Y hablando de su calidad de doctora resulta sorprendente su atrevimiento cuando al tratar de la independencia de los tres poderes clásicos pone al Judicial por debajo del Legislativo. No al lado, no; los jueces han de estar sometidos a la voluntad popular, vino a decir. ¿Qué es eso de querer ser escuchada su opinión en el parlamento? Hasta ahí podríamos llegar.
Lo aseguró, muy torera ella, como peón de brega que trastea al morlaco mientras el jefe de la cuadrilla toma la muleta, recoge el estoque de madera y se cala la montera con que brindará la faena en ciernes a uno de los rufianes cuya ovación le presta alas.
Pero por si cupiera alguna duda sobre su nivel académico, además del político, lo último ya clama a los cielos: ¡san dios, en qué manos estamos! La excelentísima señora Calvo Poyato presumió hace pocas horas de saber lo que el Rey vaya a decir en su mansaje navideño. En un tono semejante al que empleó el mismísimo Sánchez hace poco más de un año, entrevista en Radio Nacional y de la jons: “pero la Fiscalía de quién depende… pues ya está”.
Claro que en una monarquía parlamentaria el jefe del Estado, o sea el Rey, da a conocer al Gobierno sus mensajes, sean para inaugurar una feria del botillo, abrir una Legislatura o su mensaje de Navidad, pero anticipar lo que debe o no mentar es aberrante.
Pues de eso presumió la Vicepresidenta Primera del gobierno sanchistacomunista empeñado, por cierto, en desenterrar muertos para cambiar la Historia.
Ahora resulta que quiere traer los restos mortales del presidente Azaña, como si su vida no hubiera sido la que fue. ¿Habrán vuelto a pensar en El Pardo?