Puestos a tirar de la manta, ¿alguien piensa todavía que los ciudadanos se sienten representados por la mayoría Frankenstein que impone las decisiones del Congreso?
No, no nos representa. Es una nueva casta que circula en dirección prohibida saltándose cuantos semáforos se interponen en su rodadura de apisonadora. Es la perversión del sistema que pone en peligro la libertad de la gente, y a la propia gente.
Casta versus gente. La nueva casta no ha ganado ninguna elección. Si está ahí es por la traición, del partido socialista. ¿Acaso la mentira no es una forma de traición, traición a la verdad? El aventurero que destrozó los puentes y portazgos del partido del otro Pablo Iglesias, el original, tiene el engaño como ganzúa para ocupar el puente de mando de la democracia parlamentaria. ¿No hay defensa posible contra el charlatán embaucador?
La mentira deja de ser una cuestión circunscrita a la moral cuando afecta a la sociedad entera. Puestos a reformar códigos, ¿por qué no tipificarla como atentado contra la sociedad? El delito de estafa, artículo 248 del Código Penal, le va pintiparado. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.
¿Es que no hay animo de lucro?, ¿acaso cuanto Sánchez dice no induce a error?
El Congreso, media pata del poder legislativo, requiere reformas más urgentes que cualesquiera otras para liberar a la soberanía nacional del confinamiento a que está expuesta por la mayoría Frankenstein. Aherrojada ésta y secuestrado el poder garante de las leyes, el Judicial, dentro de poco a España no la conocerá ni la madre que la parió; ahora sí.
Este viejo reino, primer Estado de la era moderna, quedará así alineado con repúblicas tan ejemplares como la polaca o la venezolana. Por no citar a los raros ejemplos, teocrático-populistas, caso iraní, que amamantaron con mimo a parte de la coalición de progreso al mando.
Tan descarado es lo que está pasando que basta ver la apertura del año judicial venezolano a cargo del dictador Maduro para comprobar de dónde se alimenta el asalto a la división de poderes. Maduro dixit: “que la asamblea nacional constituyente asuma y nombre una alta comisión para hacer una reforma profunda del poder judicial venezolano y llegar a un gran cambio de todas las estructuras del poder judicial de Venezuela. Necesitamos un nuevo envión de cambios en el Poder Judicial, en la justicia de Venezuela, para mejor, para bien» Y para formar parte de la gran comisión designó a la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
¿Representan todos estos a la inmensa mayoría de españoles?