Los señores de la coalición que llamaron de progreso viven en las nubes; no en la nube, no: en las nubes. Vamos, que no se enteran.
No terminan de percatarse de la dimensión del cabreo que acumulan los ciudadanos que, además del mes y medio de enclaustramiento, ven cómo la chapuza sigue sirviendo de manual al mando único. Y en esto, como en lo referido a la vulnerabilidad ante el virus chino, no hay derechas ni izquierdas; el calentón afecta a todos por igual.
El clima ciudadano no está como para guardar discreción ni siquiera en los círculos gubernamentales. No hay nada infranqueable; hasta los muros de La Moncloa son permeables como el papel. Lo relevante no es tanto que se filtran informes y borradores de carácter interno, como que se denuncien errores y falsedades. ¿Por qué mienten?
Las mentiras ya no es que tengan cortas las patitas, es que son desveladas desde los mismos círculos que las emiten. Torpes aclaraciones, como las del ministro del Interior sobre las palabras del general Santiago Marín, licenciado en derecho y de brillante carrera militar, son puestas en su sitio mediante la publicación del texto original de la orden escrita a las comandancias de la Guardia Civil. ¿Por qué mienten?
Si dejaran de mentir se ahorrarían, nos ahorrarían a los españoles, pasar la vergüenza de ser denunciados por la UE de hacer trampas con las cuentas del déficit. (Entre paréntesis, la media de la zona euro es del 0,6%). Pues resulta que España no se desvió el 2% previsto por Sánchez I, ni tampoco el 2,6% reportado por Sánchez II a Eurostat hace poco más de un mes. La agencia europea dice que ha sido del 2,8%, el más alto de los últimos tres años. ¿Por qué mienten?
El gobierno español se lanzó a gastar el pasado año más de treinta y cinco mil millones por encima de los ingresos. Hubo dos elecciones, dos, dopadas con subidas de suelos, pensiones y otras dádivas sin tener presupuesto para hacerlo, pero teniendo el compromiso, pacto de estabilidad, de reducirlo hasta un 1,3%. ¿Por qué mienten?
Y si atendemos ya no al déficit sino al montante de la deuda de las administraciones públicas el asunto se torna más oscuro: frente a un objetivo para este año del 94,65% del PIB, en el primer día de marzo ya estábamos en el 96,27%… Con lo que nos espera, el FMI calcula que llegará hasta el 113%, todo un récord que los que llevan el timón son muy capaces de superar. Ya lo verán.
¿Será la mentira el Gran Berta del gabinete sancho-comunista? En la Gran Guerra, los primeros mega cañones alemanes alcanzaron sus objetivos. Los éxitos les dieron fama, pero de la docena y media que salió de las factorías Krupp, la mitad acabó con las cañas reventadas por sus propios obuses.
Tan aficionados a las imágenes bélicas, seguramente para justificar subliminalmente los poderes excepcionales que tienen, repasen la historia y comiencen a discernir la imagen de la realidad.
Pero, sobre todo, dejen ya de mentir. Ofenden, como el presidente tratando de escudarse con el «piove, porco governo» italiano. Con jueguecitos así se expone que alguien le mente aquel «piove, governo ladro». Sería desagradable, ¿verdad presidente?