No es cierto que lo peor esté por llegar, lo peor ya está aquí. Dentro de este lío colosal en que el mando único nos tiene metidos, tiene delito lo de los test de la srta. Pepis que no sirven para nada, las mascarillas y EPIs que no llegan y demás sorpresas diarias; pero lo realmente asombrosos es que la autoridad siga dando una cifra imposible de afectados.
La cifra real de españoles infectados por el virus puede multiplicar por cuatro o por cinco la registrada por las autoridades. ¿De qué punto de inflexión hablan si la curva puede seguir acumulando entradas hasta el cuarto de millón?
Basta con mirar al exterior para que el sentido común alerte que la ratio española de muertes sobre infectados es imposible. Imposible teniendo los españoles la más alta esperanza de vida del mundo (OMS 2019), y un sistema sanitario entre los tres mejores del mundo, junto a Hong Kong y Singapur (Blomberg).
En los índices de mortandad, la relación entre víctimas mortales e infectados, sólo hay un dato cierto, los muertos. La cifra de afectados depende de muchos factores, entre otros de la capacidad de su detección. Países como Corea del Sur, similar a España en diversos parámetros, la relación entre muertos y infectados es del 1,4%. En Estados Unidos, que nada tiene que ver con nosotros, es del 1,52%. Alemania sólo del 0,6%. En Francia, del 5,87, y de Italia ni hablemos, está peor que nosotros.
¿Tiene algún sentido que nuestro índice esté en el 7,7%? Sí, uno muy claro: que no se han hecho los test precisos para tener una estimación razonable de los afectados. Ni siquiera hay que extenderlos a millones de ciudadanos, como hicieron en Corea; basta con hacer un buen muestreo y, naturalmente, disponer de los aparatitos necesarios para testar.
Pero la falta de los instrumentos para comprobar la extensión de la pandemia no es razón suficiente para explicar el absurdo goteo de cifras que, como el suplicio de la gota china, caen a diario sobre los españolitos inmovilizados en sus casas. La razón es mucho más sencilla: está en la ausencia de sentido común entre quienes hemos delegado la autoridad para hacer frente a la crisis.
En fin, y hablando de sentido común, Sánchez advirtió este viernes al Consejo Europeo reunido a distancia que no dar una respuesta económica potente a la crisis provocará el ascenso del populismo. Brillante. Del vicepresidente de su gobierno de coalición no se tiene información.