Mucho hay que afanarse para conseguir en tan poco tiempo desmantelar los anclajes de una sociedad como la nuestra. El gobierno Sánchez lo está consiguiendo con éxito notable. No hay ejemplo más brillante que el de la política educativa anunciada por la ministra de turno.
Este insólito socialismo asaltó el poder agitando la bandera de la convocatoria de unas elecciones urgentes; era el único punto de lo que presentaron como programa, pieza esencial ésta de toda moción de censura. Pues lejos de cumplirlo se han encanallado con el banco azul y el BOE para condicionar nuestro futuro, comenzando por la Educación.
Empiezan ya a faltar adjetivos para calificar el proceder de este conjunto de ciudadanos que toma por imbéciles al resto de los españoles. De mentira en mentira y falacia tras falacia, estos agentes públicos alimentados por nuestros impuestos mantienen con pulso firme la determinación de debilitar los principios básicos de las libertades ciudadanas, como la lealtad, el valor del esfuerzo y el mérito lo son.
Mantenidos con el consentimiento de minorías varias, todas dedicadas a desintegrar nuestra sociedad y desguazar el Estado, el gobierno del doctor chisgarabís no pierde comba a la hora de satisfacer a sus sustentadores.
Así barrena la enseñanza del idioma común de los españoles y de quinientos millones más de ciudadanos en todo el mundo, borra de las escuelas todo vestigio de valores trascendentes, y cultiva la banalización del esfuerzo, el buenismo del no pasa nada, el allanamiento de las dificultades para debilitar la conciencia de autoestima de los jóvenes; el despropósito de anular toda capacidad crítica basada en el conocimiento.
De eso va hoy la llamada izquierda, el movimiento político más reaccionario posible porque basa su pretensión hegemónica en la castración del espíritu crítico, la anulación de la capacidad de pensar por cuenta propia.
Soportar el imperio de estos vendepatrias esta resultando demasiado gravoso. No es suficiente avisar de que hay quienes llegan con votos y gobiernan con botas, señor González.