Lo que viene ocurriendo es difícil de soportar estoicamente. El asalto al poder de la tropa antisistema subida a lomos del socialismo nacional está dando de sí todo cuanto cabía suponer, pero más rápidamente de lo previsto. La pacífica convivencia de estos cuarenta años democráticos podrá terminar siendo un recuerdo nostálgico.
No hay palo que no toquen ni perno sobre el que no apliquen el destornillador, y así las crujías comenzarán a tambalearse sobre nuestros proyectos, nuestras aspiraciones, nuestras cabezas.
Ni al que asó la manteca se le ocurre lo de la bilateralidad con el xenófobo racista que preside la institución autonómica catalana. Lo intentaron sus predecesores, estuvieron a punto de escalar ese peldaño, pero el sentido común acabó aguando ese remedo de equivalencia entre poderes. Ha tenido que llegar este zascandil para darle aire a la cometa cuatribarrada.
Si algún conocimiento político tuviera, más allá de cómo saltar al poder sobre las urnas, sabría que el catalán pide la luna para quedarse con el cesto de los huevos; así lo han hecho todos sus antecesores, desde el honorable Pujol, qué sarcasmo, hasta el forajido Puigdemont pasando por Maragall y Mas. Ladrillo a ladrillo, cesión a cesión, acabaron donde estamos, negociando con un país en el que muchos piensan que el Ebro es un río catalán y Cervantes un paisano de allí mismo.
Por no hablar del atropello a las empresas que significa volver a poner sus convenios por debajo de los de su sector. “Hay que rescatar el convenio sectorial”, proclama la encargada Valerio. Aire a los sindicatos que se quedan sin aliento…
¿En qué país vive la ministra Rivera para decir que el gasoil tiene sus días contados? Con un par. Como si el campo español fuera trabajado con tractores eléctricos, o las calefacciones domésticas se alimentaran de energía solar… Por no saber, la encargada de la transición ecológica no sabrá que las emisiones de CO2 del diesel son ligeramente inferiores a las de las gasolinas. ¿En qué país vive?
Y qué decir de lo del consentimiento explícito de la mujer para que un acto sexual no sea una violación. Abracadabrante. ¿Se imagina la vicepresidenta Calvo las oportunidades que está abriendo al chantaje? A la hora de legislar, que de eso trata una reforma del Código Penal, una regla de oro aconseja no hacerlo en caliente.
Podríamos añadir la estupidez de pedir a la RAE que cambie la letra de la Constitución para hacerla “inclusiva”. Hay que ser lelos para no saber que la disociación es precisamente anti inclusiva, además de dar coces a nuestra hermosa lengua.
Gracias a Dios, lo de Cristiano Ronaldo merece más páginas en los diarios que todas las memeces gubernamentales. Cinco dedicaban hoy los dos grandes diarios nacionales, cinco. Quizá sea que es lo que a la gente interesa.