Y ahora vienen los nacionalistas vascos, unidos en un mismo afán burgueses y radicales para redondear la faena catalana. Somos una nación, con identidad propia y derecho a decidir; o sea como siempre, y como el Real Astillero de Guarnizo, que es mi pueblo por cierto. Mientras, en el Congreso, su portavoz aclara que han dado el sí a los presupuestos generales del Estado por responsabilidad, por los intereses de la ciudadanía de Euskadi y porque así contribuyen a librar a Cataluña del 155. En fin… cosas del nacionalismo.
Que el PNV iba a votar a favor de los PGE estaba claro desde un principio. El partido de la derecha vasca no podía dar la espalda a los intereses de su gente, desde los empresarios que durante tantos años pagaron silentes el chantaje terrorista, hasta el mundo del Basque Culinary Center.
Lo del 155 es el precio que ahora tenían que pagar a los Bilduetarras, actuales socios en la causa secesionista. Pero el 155 ahí sigue, no parece que se vaya tan pronto, pelillos a la mar: sí a los Presupuestos. Escasa convicción íntima la de los sabinianos; para la galería todo vale, y sobre todo la llegada del AVE o el incremento de las pensiones, baza electoral que Rajoy les puso en la mano.
Reconstituida la normalidad presupuestaria cabría pensar que el país se aplicaría ya a lo suyo pese a la matraca catalanista, que si no fuera por su presencia en los medios públicos acabaría consumiéndose por sí misma.
Pero no; otro morlaco anuncia su salida a la plaza: un nuevo Estatuto vasco. Menos mal que ahora no está Zapatero al frente del banco azul para prometerles vía libre, porque el borrador de preámbulo que han acordado sigue al pie de la letra lo de los sediciosos catalanes.
¿Dónde querrán ir estos txotxolos visto el recorrido de la farsa catalana? Por Cataluña precisamente comenzó su camino de Damasco el padre del nacionalismo vizcaíno. El carlista Sabino Arana, era un integrista de tomo y lomo, en parte por su contacto con el mosén Sardá y Salvany, fundador del Partido Integrista (sic) y autor del célebre librito “El liberalismo es pecado”.
Lo que aquel pobre Sabino escribía de los españoles hoy lo ha superado el llamado Quim Torra. Se ve que el racismo y la xenofobia están gravados en el ADN de los nacionalismos tardo-románticos. Que aquí prendieran en las dos comunidades podría explicarse por los aires que en los albores del siglo XX corrían por algunos ambientes europeos, pero ¿qué justificación cabe tras la vacuna que representó el final del nacismo y fascismo hace más de medio siglo?
Lo malo es que el mal no es privativo nuestro. Media Europa comienza a manifestar los mismos síntomas; ahí están el nuevo Gobierno italiano y algunos tribunales, como los de Bruselas y el alemán de Schleswig-Holstein.