Un rayo de luz rompió ayer los nubarrones preñados de incertidumbre que enlutan la actualidad nacional. Con un acto tan sencillo como cargado de simbolismo, la Corona disipó la plomiza monserga con que el nacionalismo catalán viene atufando a los españoles desde hace meses, por no hablar de años.
Con la naturalidad que acostumbra, el Rey aprovechó su quincuagésimo cumpleaños para recordar a los españoles cómo ejerce su papel el Jefe del Estado de nuestra monarquía parlamentaria. Y lo hizo a través de los consejos que brindó a su hija Leonor en cuanto heredera de la Corona, animándola a respetar las ideas y creencias de todos, y a amar la cultura, las artes y las ciencias «porque nos dan la mejor dimensión humana para ser mejores«.
La pequeña Princesa de Asturias escuchaba arrobada a su padre lo que viene enseñándole con su ejemplo: «Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola; servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional; y harás tuyas todas las preocupaciones y las alegrías, todos los anhelos y los sentimientos de los españoles«.
Oír hablar de responsabilidades no es de uso común en la España de nuestro tiempo. Tal vez por ello el titular de la Corona puso énfasis en recordar a la heredera que todas sus acciones “deberán guiarse por el mayor sentido de la dignidad y la ejemplaridad, por la honestidad y la integridad, por la capacidad de renuncia y de sacrificio, por el permanente espíritu de superación, y por tu entrega sin reservas a tu país y a tu pueblo«.
Todo ello forma parte del blindaje de la monarquía actual como forma política útil a los ciudadanos de un Estado de derecho. Sólo así un Rey constitucional podrá ejercer mejor su papel de estadista, más atento a las futuras generaciones que a las próximas elecciones. El carácter hereditario de una institución decantada a través de siglos facilita la independencia de su titular y la visión a largo plazo del futuro.
“Tu familia estará siempre a tu lado” advirtió a su hija Felipe VI, heredero del rey Juan Carlos, a quien agradeció “su liderazgo para lograr el sistema democrático«, y nieto del Conde de Barcelona que “luchó de forma incansable para lograr la España en la que hoy vivimos, y es un ejemplo para todos de amor a la Patria, a la que añoró cada día del tiempo que tuvo que vivir lejos de ella y a la que siempre quiso y sirvió con generosidad«.
Precisamente Don Juan fue el último titular del Toisón de Oro que en la mañana de ayer recibía la pequeña Leonor. El valor de la familia.
Lecciones de la Corona. Un cierto aire fresco.