El que cobra de nuestros impuestos fungiendo como Consejero de Interior de la Generalitat, un tal Forn, dijo en su televisión que entre los asesinados -él dice muertos- en las Ramblas han identificado a siete: “una mujer italiana, una mujer portuguesa, una mujer con doble nacionalidad española y argentina, dos personas catalanas y dos personas de nacionalidad española.”
Nosotros podríamos declarar, ya con seguridad, que ha sido identificado un imbécil en el seno del Govern: su Consejero de Interior. No sólo distingue entre catalanes y españoles, que ya manda madre, sino también entre mujeres y personas. ¿Dónde están las Forcadell, Colau y demás sacerdotisas de la retroprogresía catalana; dónde dejaron sus vestiduras rasgadas tras el desdén con que su género ha sido tratado por el ministrillo de Puigdemont y Junqueras?
Y la combatiente muchachada de la CUP permanece tan silente como los de la coleta del diputado Iglesias, los batasunos de Otegui y demás ejemplares de esta nueva fauna política nacional.
No cabe extrañar que un tal Oliva, portavoz de la policía a su cargo, los llamados Mossos, manifestara ayer algo tan ejemplar en momentos de crisis como que ellos son los que mandan pero comparten “mucha información” con la Policía Nacional y la Guardia Civil. ¿Sólo mucha información, no toda? Lo que sería de todos ellos sin los servicios nacionales de inteligencia es para contar y no parar.
Todo resulta tan ridículo en aquella corte creada por el pícaro Pujol que cuanto sus edecanes dicen, como hoy Forn, no merece ya demasiada atención. ¿Desconexión, independencia? Pobre procés.