El día en que el Gobierno lograba la aprobación del techo de gasto, base de los PGE del próximo año o de la estabilidad del Estado, se producían en el Congreso otros hechos que muestran la capacidad que las ovejas, unas más que otras, tienen para arrejuntarse entre sí.
Comenzando por el caso del techo de gasto; hay que tener bemoles para jugar a dar marcha atrás en la imparable salida de la crisis. Que los podemitas sigan con su laboriosa tarea de desencuadernar el país no es de extrañar; lo demuestran cada vez que pueden meter mano en las costuras del sistema. Pero que los socialistas sigan dóciles la guerra personal del tal Sánchez sólo puede inspirar lástima; y temor.
No hay región, barón ni ocasión parlamentaria en que no dejen su impronta irresponsable. Lo acreditan cada vez que hablan de la situación abierta por los sediciosos en Cataluña, melifluas posiciones que encantan a los de Iglesias, más calladitos por inteligentes. Unos y otros acabarán durmiendo en el mismo aprisco.
Hay casos, como el de la conmemoración del comienzo de la derrota de ETA, que muestran las afinidades de otros individuos de esta fauna política. Ahí tienen a los bilduetarras comandando la imposibilidad de manifestar un criterio común sobre lo que significó el sacrificio del concejal Miguel Ángel Blanco. El rebaño era alimentado por la desgana del mismísimo PNV a sumarse a la declaración consensuada por una inmensa mayoría, más de doscientos cincuenta diputados.
En el fracaso de otra declaración institucional ésta sobre la dictadura venezolana los frenos fueron pisados por el grupo podemita. Que el Presidente de un país ordene a su Tribunal Supremo suspender el Parlamento no es para Iglesias y su muchachada un golpe a la democracia.
Además, cómo iban a permitir poner al atrabiliario presidente ante la exigencia de que vacíe sus cárceles de presos políticos. Antes bien, los deudos del cortijo bolivariano pretendían felicitar a Maduro por “la excarcelación de Leopoldo López”. Enternecedor si no fuera una muestra más de la injerencia que aquella dictadura ejerce aquí a través del tercer grupo parlamentario del Congreso español.