Una pareja de concejales madrileños son imputados por la Justicia; no se sienten concernidos. Su proceder recuerda aquella historieta de la paisana que concedió haber perdido la virginidad pero sólo un poquito. Imputados pero poco, dicen la inefable Mayer, encargada de la Igualdad, y Sánchez Mato, el de la Economía.
No nos moverán, la misma cantinela que hace tres cuartos de siglo cantaban sus antepasados para darse ánimo ante la inminente caída del Madrid sitiado por la tropa al mando de Franco. Pesa sobre los dos imputados la acusación de malversación de fondos públicos, una de las causas que según el código ético de Ahora Madrid exige el “compromiso de renuncia o cese de forma inmediata de todos los cargos ante la imputación por la judicatura”. Pero quia, eso no va con ellos; sólo contra la casta, ha venido a proclamar la portavoz podemita Maestre, aquella joven descamisada que asaltaba capillas en la Complutense.
“Otro modelo de política pública, abierta, distribuida y transparente”. Bajo ese pendón presentó su candidatura Mayer en las elecciones de las que salió concejal. La apertura y transparencia quedaron claras en el caso por el que está imputada: cien mil euros destinados a dos bufetes sin concurso ni siquiera información a la propia alcaldesa.
El mismo nivel de transparencia que el impuesto por los podemitas en la conferencia de prensa convocada hace un par de días con el veto, entre otros, a los dos diarios de mayor tirada en Madrid y Barcelona y a la cadena radiofónica de mayor audiencia nacional. Denunciado el atropello se excusaron con el melifluo argumento de que se trataba de un encuentro para generar espacios de confianza. ¡Toma ya: espacios de confianza entre el poder y la prensa!
No es la primera vez que estos savonarolas de vía estrecha cargan contra la libertad de información. Hace un par de meses varios periodistas denunciaron el acoso que sufrían por parte de los podemitas. Y dos años atrás el propio macho alfa dijo de una informadora que la azotaría hasta que sangrase (sic).
Estos son los compañeros de viaje que ayer volvió Sánchez a reclamar para su ascensión a La Moncloa. ¿Se imaginan a la pareja, Pedro y Pablo, traspasar el umbral del poder?
“De repente entró el vicio apoyado en la traición”. Así reflejó Chateaubriand en sus Memorias de Ultratumba la impresión que le produjo la entrada de Talleyrand y Fouché en la antesala de Luis XVIII recién depuesto Napoleón.
Tiempos aquellos de más altos vuelos, aunque con idénticas pasiones…