De nuevo el PSOE vuelve a batir sus propios récords. Ayer cosechó un nuevo resultado histórico al perder siete diputados, siete, en el País Vasco y cuatro, cuatro diputados menos, en Galicia. En ambas circunscripciones fue superado por las marcas de Podemos. A este paso, Sánchez llevará a Iglesias hasta La Moncloa, al tiempo.
La resistencia de los socialistas frente a tanta tozudez de los hechos no soporta una explicación razonable. Su Secretario General ha conseguido que el suyo sea el partido que más votos perdió ayer en las dos autonomías, más de ciento treinta mil. De ellos, dos terceras partes en Euskadi, autonomía que gobernó hace cuatro años. La derrota en Galicia, donde gobernó en dos ocasiones, fue tan sonada como esperada desde el día en que Sánchez despojó de toda autoridad sobre las listas al único alcalde socialista con cabeza, y mayoría absoluta, en aquella comunidad, Abel Caballero, doctor en Economía y exministro con Felipe González.
El caso de la anulación de Caballero, que además preside la Federación Española de Municipios y Provincias, revela la capacidad de Sánchez para destrozar cuanto toca. Cerró su último mitin en Galicia con algo tan ingenioso como esto: “Somos el partido del SI, por eso decimos NO a Rajoy”. Hondura programática la de este personajillo sin más argumento que el del NO es NO.
Lo mismo da que esté en Galicia, en el País Vasco o en Cataluña, a donde acudió el sábado a cerrar su propia campaña, aprovechando que allí no era día de reflexión. Atemoriza imaginarlo al frente del Gobierno de la Nación, o de vicepresidente de Iglesias, que tal como va todo es posible con tal de echar a Rajoy, ¿verdad?
Lástima que el juego político no haya un tablero como en el de la Oca, donde si el que va cayendo en determinadas casillas pierde turnos o puestos, caso de la posada, la cárcel y el laberinto, hasta que cuando ya la mete a fondo, se va hasta donde vino, la calle.
Como en la política no son así las cosas Sánchez va dejando cadáveres entre sus propias filas sin que nada ni nadie le pare los pies. Salda elección tras elección con la pérdida de concejales y diputados, nacionales y autonómicos; compañeros al paro… y más votos a los podemitas, donde parece que se abren más oportunidades.
¿Y ahora? Más que excusas pedirá más madera para que el tren no se pare.