Dice el diputado Antonio Hernando que el PSOE seguirá negando todo “le pese a quien le pese”. ¿A quién le puede pesar?
Las orejeras con que deambulan por la crisis los responsables socialistas les impiden ver más allá de la primera fila del comité de edecanes que asiste a Sánchez. El resto no cuenta; ni los únicos socialistas expresidentes de Gobierno, el refundador González y el pobre Zapatero; o los ex Secretarios Generales, Rubalcaba y Almunia; o Borrell, expresidente del Parlamento Europeo, Leguina, expresidente de Madrid, Bono, expresidente de Castilla-La Mancha, Lambán, actual presidente de Aragón y tantos otros socialistas con responsabilidades de gobierno reconocidas.
Pues le pese a quien le pese, Sánchez habla por boca del diputado Hernando desde Almería. Precisamente en Almería, provincia en la que el PP cosechó hace mes y medio cincuenta mil votos más que el PSOE, después de aumentar en quince mil votos desde las elecciones anteriores y de perder cinco mil los socialistas.
Parece que no sólo está pesando a sus rivales políticos la política -algún nombre hay que ponerle- de Sánchez. El fracaso de su investidura lejos de darle alas se las cortó el 20-J, y de qué forma, pero él sigue empecinado en darse de bruces contra la realidad.
Cuando se tiene el propio ombligo como referente suelen pasar cosas así. No deja ser chusca la explicación que ofreció el lugarteniente de Sánchez sobre la raíz de su postura: “El último comité federal del 9 de julio debatió durante más de siete horas. No creo que haya ningún dirigente del PSOE que vaya a cambiar de opinión porque ningún dirigente del PSOE quiere indultar a Mariano Rajoy, con el sí o la abstención”.
¿Está claro? ¡Viva nosotros, y a los demás que les den morcilla! Le pese a quien le pese.